ENSEÑANZA DE LA FÍSICA Y LA QUÍMICA
Mary Elizabeth Walton, la primera
activista climática ciudadana y feminista
Poco se conoce de
su vida, pero en plena revolución industrial, fue la primera persona en
preocuparse por la contaminación ambiental en su ciudad, inventando ingenios
que paliaran dicha contaminación.
Nace en 1829 en Nueva
York (Estados Unidos). Su padre, ingeniero, la formó personal-mente en la
creación y manejo de dispositivos
industriales.
[1]
Era propietaria de una casa de huéspedes en 12thStreet y 6th Avenue,
en frente del paso elevado del ferrocarril, que regentaba con su marido.
De su primer invento no hay bibliografía, ya que su marido asombrado
del talento de su esposa, se lo contó a un amigo, quien se lo apropió,
patentándola a su nombre
[2]
.
El 18 de noviembre de 1879 Mary Walton ideó un sistema para reducir los gases y elementos nocivos que se lanzaban a la atmósfera a través de las chimeneas de fábricas, hogares y locomotoras, registrado con número de patente 221.880. Este novedoso sistema consistía en hacer pasar el humo por tanques o recipientes de agua, donde los contaminantes se retenían y luego se vertían al sistema de alcantarillado. Viajó a Inglaterra para promocionar este invento, causando gran admiración entre los británicos [3] .
Dibujo de Mary Walton
El paso de los convoyes que se desplazaban sobre estructuras a una altura muy próximas a las viviendas, era algo que la propia Walton sufría en su piso de Manhattan y que provocaba numerosos casos de neurosis, insomnio y ataques de nervios entre la población, haciendo insoportable la vida cotidiana en grandes áreas urbanas [4] . La ciudad recurrió a algunos de los mejores maquinistas e inventores de Estados Unidos, incluido Thomas Edison, para encontrar una solución. Edison pasó seis meses buscando una forma de amortiguar el ruido de los rieles elevados sin éxito. Mary Elizabeth, recogió el reto subió a la plataforma de los rieles elevados de la ciudad durante tres días. Los conductores ahuyentaron a la inventora mientras trataba de escuchar y observar. Los pasajeros miraban con recelo a la mujer bien vestida que escuchaba atentamente lo que simplemente aceptaban como el estruendo cotidiano, con la cabeza inclinada hacia los rieles. Pero después de esos tres días, Walton descubrió que las vías amplificaban el ruido del tren debido a los sencillos soportes de madera por los que pasaban. Su sótano en Manhattan pronto se convirtió en el sitio de experimentación de un modelo de ferrocarril que construyó para experimentar con diferentes sistemas de reducción de ruido. Como resultado, incrustó los rieles de su modelo en una estructura similar a una caja de madera que primero pintó con alquitrán para impermeabilizarlo, luego forró con algodón y rellenó con arena. Ese sistema amortiguaba el ruido y el traqueteo.
Así como su patente para locomotoras y otras chimeneas usaba agua para absorber el humo y los vapores nocivos, descubrió que la arena absorbía mejor la vibración y el sonido de los rieles cercanos. Visto el resultados, se construyó una versión de tamaño completo del dispositivo de Walton para adaptarse al tren elevado. Y después de una serie de pruebas exitosas, situó su sistema en forma de caja bajo los soportes de las vías elevadas de la ciudad. Walton lo patentó el ocho de febrero de 1881con de número 237.422 .
Walton vendió su invento por 10000 dólares a los ferrocarriles
metropolitanos neoyorquinos, donde fue puesto práctica con gran aceptación de
maquinistas, pasajeros y habitantes.
Mary Elizabeth Walton fue aclamada como una heroína. Como dijo el Woman's Journal veinte años después, "los maquinistas e inventores más destacados del siglo habían prestado atención al tema sin poder proporcionar una solución cuando, he aquí, el cerebro de una mujer hizo el trabajo".
[1]
En unas declaraciones hechas
en 1884 sobre su padre, dan una pista sobre su educación:” Mi padre no tenía
hijos varones y creía en la educación de sus hijas. No escatimó en dolores ni
en gastos para este fin”.
[2]
A partir de esto, decidió que sus
ideas se las quedaría para ella, y que no habría ningún hombre en ellas.
[3]
Fue considerado por ellos como “uno
de los mayores inventos de la época”.
[4]
Se dice que una noche, cuando Mary dormía en su cama,
con la cabeza reposando sobre su almohada pasó uno de aquellos trenes, y en ese
momento se dio cuenta de que el ruido se reducía. Mary pensó que podría usar
algún tipo de material para absorber el sonido, dando comienzo a su búsqueda de
un elemento capaz de reducir los decibelios de sonido ambiental provocados por
el paso del tren.
ALMACÉN