GRUPO HEUREMA. EDUCACIÓN SECUNDARIA

ENSEÑANZA DE LA FÍSICA Y LA QUÍMICA

sección: PERSONAJES OLVIDADOS DE LA FÍSICA Y LA QUÍMICA
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Rosalyn Susseman, la física que ganó el segundo Nobel de… medicina

 

Hace tan solo unos meses (a últimos de mayo) fallecía en su casa del Bronx, Nueva York. Rosalyn Susseman, científica poco conocida, pero que a quien en 1977, le fue concedido el Nobel de medicina, por sus trabajos sobre radioinmunología, aplicada al estudio de las hormonas péptídicas y así mejorar los  tratamiento de enfermedades de la tiroides, diabetes, hipertensión y esterilidad. Cuando recibió el Nobel, dijo: “Todavía vivimos en un mundo en el que una fracción significativa de personas, incluidas mujeres, creen que una mujer, no debe aspirar a lograr más que sus homólogos masculinos y, en particular no más que su marido. Debemos creer en nosotras mismas o nadie va a creer en nosotras, tenemos que coincidir en nuestras aspiraciones con la competencia, el coraje y determinación para tener éxito y nosotros debemos sentir una responsabilidad personal para facilitar el camino para aquellas que vendrán después de nosotras. El mundo no puede permitirse la pérdida de los talentos de la mitad de su población, si queremos resolver los muchos problemas que nos agobian”. Fue la tercera norteamericana en conseguir un Nobel.

Nace el 19 de julio de 1921, en el Bronx, Nueva York. Su padre, Simón Susseman de origen judío ya había nacido allí, sin embargo su madre  Clara Zipper emigró desde Alemania cuando tenía 4 años. De familia muy humilde, económicamente sin medios para estudiar, sin embargo se convirtió ya desde muy pequeña en una lectora compulsiva en la biblioteca pública de su barrio, a donde la llevaba su hermano Alexandro, 6 años mayor que ella.

En la escuela pública Walton enseguida destacó en Matemáticas, aunque ya en el séptimo curso, el profesor de Química Mondzak, consiguió interesarla extraordinariamente en dicha disciplina. Los padres pretendieron que estudiara para profesora de niños pequeños, y la matricularon en el Hunter College, una especie de universidad  sólo para chicas. Allí  los profesores Otis y Duane, la guiaron hacia la Física. Sin embargo lo que mas la motivó fue la lectura de la biografía de María Curie, que acaba de escribir su hija Eve, y  en el tercer año de Físicas, el asistir a una conferencia coloquio de Enrico Fermi, donde al final desarrolló las aplicaciones de los radioisótopos, en usos pacíficos especialmente en investigación médica, fue el espaldarazo a la orientación final que guiaría su destino.

Rosalyn Susseman en Illinois

En principio no consiguió ninguna beca para estudios superiores, al ser mujer y judía, pero en febrero, recibió una oferta como ayudante de  Física en la facultad de ingeniería de la universidad de Illinois. Era la única mujer entre 400 profesores, y la primera desde 1917.

Ahora bien tenía un problema y era que el nivel de Física en el Hunter College, era insuficiente para impartir clases de Física, pues sólo había ampliado algo en Termodinámica en un curso nocturno, y en dos cursos que había hecho en verano  en la Universidad de Nueva York. El primer día de clases de postgrado, se encontró con  Aaron Yallow, también judío, y de su misma edad, hijo de un rabino ortodoxo, con el que se casaría dos años mas tarde. En esos primeros cursos, al mismo tiempo que impartía clase a los alumnos de primero, asistía a los estudios de postgrado y hacía el doctorado. 

El 7 de diciembre de 1941 Estados Unidos entró en la II Guerra Mundial, el departamento de física empezó a quedarse desierto. El campus se llenó de estudiantes con uniformes del ejército o de las fuerzas aéreas que eran enviados por los mandos para que se les adiestrara en física, por tanto el volumen de clases aumentó, a eso se unieron los deberes conyugales  y el racionamiento. Como enseguida nació su primer hijo, Benjamín y dos años después Elanne. Daba las clases, volvía a casa para amamantar a su bebé, y volvía de noche al laboratorio. Pese a ello en 1945 terminó su doctorado en Física Nuclear. Su director de tesis fue el doctor Maurice Goldhaber, a quien su mujer, también física ayudaba, pero sin ningún cargo oficial por las normas antifeministas de la universidad, normales en aquella época. Debido al tema de la tesis aprendió a utilizar aparatos para la medición de sustancias radiactivas.

Rosalyn Susseman "progresando en Medicina"

Regresó a Nueva York antes que su marido, cuya tesis no había finalizado  y Rosalyn aceptó un puesto como ingeniero ayudante en la ITT, donde estuvo hasta que en 1946 regresó al Hunter College para enseñar Física a los veteranos de guerra que habían regresado e ingresado en un programa de formación.

Su vida va a cambiar radicalmente en Nueva York. Se instala en un pequeño apartamento en Manhattan Aaron Yallow, había comenzado a trabajar como físico, a finales del 45, dentro del departamento de Física Médica en el hospital Montefiore del Bronx. A través de éste, conoce a la doctora Edith Quimby, que la introduce en dicho centro, por su experiencia en el manejo de isótopos radiactivos, y las mediciones de sus actividades, sin dejar de dar clases de Física en el Hunter College; el Centro donde había estudiado. Después, en diciembre de 1947 le darán la plaza en el servicio de radioisótopos de la sección de radioterapia en el hospital de la administración de veteranos del Bronx.

En este momento comienza la nueva vida de Rosalyn Susseman, que le llevará al Nobel de medicina.

En estos primeros años, pese a carecer de medios, presentó 8 publicaciones en diferentes áreas de investigación clínica en su campo de radioisótopos. Su hospital exportó el servicio de radioisótopos a diversos hospitales norteamericanos. En enero de 1950, deja las clases en el Hunter, y el apartamento en Manhattan, y se compra una casita en Riverdale, a dos kilómetros del hostiptal al que se dedica en jornada completa a la investigación, coincidiendo con la presencia del doctor Salomón Berson en hospital de veteranos, con el cual establecerá una colaboración durante 22 años. Intercambiaron conocimientos, entre la física y la medicina, y de esta interdisciplinaridad, surgirán múltiples aplicaciones de los radioisótopos a la medicina. Sus investigaciones versarán sobre la aplicación de los radisótopos para determinar el volumen de sangre en determinadas enfermedades relacionadas con el metabolismo, especialmente el del yodo, y su papel en la tiroides. La hormona que van a estudiar inicialmente es la insulina.

En la década de 1950, algunos científicos la hipótesis de que en la diabetes del adulto, la producción de insulina se mantenía normal, pero una enzima del hígado destruía rápidamente las hormonas peptídicas, lo que impedía el metabolismo de la glucosa. Esto contrastaba con lo que ocurría en la diabetes juvenil, donde la producción de insulina por el páncreas era demasiado baja para permitir que el metabolismo adecuado de la glucosa. Rosalyn y Salomón Berson querían poner a prueba una hipótesis acerca de la diabetes del adulto. Ellos usaron la insulina marcada con yodo 131, inyectándola en los individuos diabéticos y no diabéticos y  midiendo la tasa de  insulina desaparecida. Para su sorpresa y en contradicción con lo que se sabía de las enzimas hepáticas, se encontraron con que la cantidad de insulina marcada radiactivamente en la sangre de los diabéticos fue mayor que la encontrada en los sujetos control que nunca habían recibido inyecciones de insulina antes. De este hallazgo, se deducía que en los diabéticos se formaban anticuerpos contra la insulina de origen animal para controlar su enfermedad. Estos anticuerpos se unían a la insulina marcada radiactivamente, evitando que penetraran en las células donde se producía el metabolismo del azúcar. Las personas que nunca habían tomado la insulina antes no tenían estos anticuerpos y por lo que la insulina marcada radiactivamente se consumía más rápidamente. La propuesta de Susseman y Berson de que la insulina animal podría estimular la formación de anticuerpos no fue aceptada por los  inmunólogos pues no creían que los anticuerpos se formaban con moléculas tan pequeñas como el péptido de insulina. Además, la cantidad de anticuerpos anti-insulina era demasiado bajo para ser detectada por técnicas inmunológicas convencionales. 

 

Rosalyn Susseman con la medalla conmemorativa

En este momento Susseman y Berson se dispusieron a verificar estos niveles mínimos de anticuerpos anti-insulina con la insulina marcada. El informe original sobre los anticuerpos de insulina, sin embargo, fue rechazado inicialmente por dos revistas. Sus conclusiones fueron que la diabetes no se producía por falta de insulina sino por su ineficacia

La necesidad de detectar los anticuerpos de insulina a bajas concentraciones condujo al desarrollo de lo que llamaron “radioinmunoensayo” (RIA). El principio detrás de RIA es que un antígeno marcado radiactivamente, como la insulina, competirá con el antígeno sin marcar para los sitios de disposición vinculante para su anticuerpo específico.  El RIA ha resultado ser tan útil, ya que puede detectar de forma rápida y precisa (era un método extra-ordinariamente sensible)  concentraciones muy bajas de hormonas y otras sustancias en la sangre u otros fluidos biológicos. El principio puede aplicarse también a las interacciones de unión que no sea entre antígenos y anticuerpos, por ejemplo, entre una proteína de unión del receptor de los tejidos o en el sitio y una enzima. Pues bien esta metodología que se puso a punto a partir de 1959 y que no quisieron patentar, sería aplicada a cientos de fluidos biológicos hasta la actualidad, produciendo grandes avances en el desarrollo de la medicina. Y le valdría a Rosalyn Susseman, no sólo la concesión del Nobel de Medicina en 1977, cinco años después de la muerte de Berson, sino también su gran popularidad, que la hizo aparecer hasta en sellos.

 

En sellos

Grabado 1

Grabado 2

Grabado 3

En 1968, Berson fue nombrado director de del departamento de medicina de Monte Sinaí, uno de los centros mas prestigiosos del mundo, mientras que Rosalyn Susseman, era directora de investigación de “su hospital” del Bronx. Cuando  murió Benson en 1972, el laboratorio de investigación recibió su nombre. Desde 1974 a 1985, Rosalyn Susseman, recibió 35 doctorandos honoris causae. En 1976, recibió la prestigiosa medalla Albert Lasker, a la investigación médica, que su labor hasta su jubilación. En 1992, muere su marido, y ella 19 años después; el 30 de mayo de 2011, en su casa de Riverdale.

Le fueron hechos multitud de grabados que podemos tomar para ver como se fue modificando su apariencia, desde su época en la universidad de Illinois, hasta su última época después de recibir el Nobel.

Recibiendo el Nobel

Trabajando en el laboratorio Benson