ENSEÑANZA DE LA FÍSICA Y LA QUÍMICA
Nace en París en 1758. Su padre es Jacques
Paulze, jefe de la Fermer (la hacienda de la monarquía francesa). Su madre
muere en 1761, y MarieAnne sale del colegio de monjas donde estudiaba, para
hacerse cargo de su casa. Enseguida fue pretendida en matrimonio por el conde
de Amerval, que la triplicaba en edad. Para evitar ese casamiento, cuya no
aceptación podría ocasionar perjuicios a su padre, acepta hacerlo con un ayudante
de su padre, Antonio Lavoisier, joven de 28 años, prometedor químico, el 16
de diciembre de 1771. Aquí empieza la carrera como químico de Lavoisier, pues
antes se había dedicado a la abogacía (era licenciado en derecho) y a la geología.
En la casa que le dan como regalo de boda, monta el primer laboratorio.
Aún
recién casada, Marie Anne, sigue estudiando pintura y dibujo con el pintor
David, e inglés. Lo que le servirá para traducir al francés las obras de los
químicos ingleses. Su marido le enseñará latín y alemán. Sus habilidades con
el diseño, le servirán para inmortalizar los experimentos de su marido, al
que acompañaba en todas las demostraciones, como se observa en los grabados
de la época.
Marie Anne Paulze a los 13 años
MarieAnne Pierrete Paulze
La
compañera perfecta y colaboradora escondida de un gran químico
Marie Anne Paulze a los 30 años
Sus habilidades para el diseño,
hicieron que el libro de Lavoisier, el Tratado elemental de Química, fuera
el mejor y mas revolu-cionario libro de química del siglo XVIII. Para él grabó
en 1788, en cobre 13 ilus-traciones, que represen-tan todos los utensilios
de un laboratorio moderno, que después sería destruido por la revolución francesa,
y reconstruido para el Museo Lavoisier, a partir de los dibujos reali-zados
por Marie Anne, y firmados como Paulze-Lavoisier.
La Revolución francesa produce un cambio en la vida del matrimonio Lavoisier.
Primero encarcelan a su padre, como director de la Fermer, y lo guillotinan. Después encarcelan a su hermano y a su marido con denuncias falsas [1] . Ambos son guillotinados el 8 de mayo de 1794. MarieAnne es encarcelada en la Bastilla durante 65 días, y todos sus bienes son confiscados.
Terminado
el régimen de terror, y restaurada la República, los bienes y su biblioteca
le son devueltos
[2]
, por lo que decide publicar en 1997, la segunda edición
del Tratado elemental de Química en dos volúmenes
[3]
. Seis años después publica
un texto de Química titulado “Memorias
de Química” con el seudónimo “Antoine”
[4]
.
Su casa se convierte en un lugar de reuniones científica, donde acuden prestigiosos personajes, como Samuel Dupont, que después crearía los famosos laboratorios Dupont, donde se descubrirán productos tan importantes como el Nylon, y Benjamín Thompson, recién nombrado Conde Rumford, con el que se casará en 1805, sin renunciar al apellido de su primer marido Lovoisier. Su segundo matrimonio terminó en divorcio a los 4 años, pues las desavenencias fueron continuas [5] .
Fallece
en 1836, habiendo recopilado los manuscritos de su marido, cuya colección
se conserva en la Universidad de Cornell.
[1] La denuncia fue presentada por un tal Dupin. Al parecer se hizo en función de haber contaminado con agua las plantas de tabaco que iban a utilizar los soldados. Durante la prisión de 5 meses, MarieAnne, defendió a su marido y luchó por salvarle la vida. Al parecer Marat, que era un verdadero dios en la época del terror, y cuya memoria sobre el fuego presentada años antes en la Academia de las Ciencias, había sido menospreciada por Lavoisier, influyó bastante en la condena. El juez Coffinhal, que lo condenó, pronunció la famosa frase “La República no necesita de sabios ni de químicos”. De este juez se cuentan muchas anécdotas, así a un anciano condenado a la guillotina, que aducía que no podía hablar por una parálisis, le dijo:”No es la lengua lo que queremos, sino la cabeza”. A un maestro de esgrima, también condenado a la guillotina: “Para ahora este golpe”. Tres meses después de condenar a Lavoisier, también sería guillotinado. En los meses del terror serían guillotinadas mas de 100.000 personas en París y el menor tiempo empleado en ello por persona fue de minuto y medio, según las crónicas de la época.
[2]
En la devolución en 1795, de los bienes de
Lavoisier incautados por el gobierno se adjuntaba la nota: “Para la viuda de Lavoisier quien fue falsamente acusado”.
[3] Escribe un prólogo a la segunda edición, en el que atacaba a los científicos contemporáneos a Lavoisier (Fourcroy etc. a los que achacó no defendieran a su marido, cuando fue condenado a la guillotina, mientras que aquél había conseguido que no condenaran al matemático Lagrange. Finalmente no se incluyó este prólogo en la segunda edición.
[4] En dicho trabajo aparecen investigaciones inéditas, que suelen achacarse a Antoine Lavoisier que al parecer las había corregido en su estancia en la cárcel.
[5] Por lo visto, Rumford, quemó sus flores y plantas a las que tenía gran aprecio, con agua hirviendo.