ENSEÑANZA DE LA FÍSICA Y LA QUÍMICA
Marguerite
Perey, la primera mujer Académico de las Ciencias en Francia.
Es realmente extraño que en un
país donde dos mujeres fueron premios Nobel de Física y Química, María Sklodowska
Curie, y su hija Irene, haya sido nuestra protagonista, la primera mujer en
ser nombrada Académica de las Ciencias en Francia.
Nace el 19 de octubre de 1909, en Villemomble, un pequeño pueblo de los suburbios de Paris, y es la mas joven de 5 hermanos. Su padre muere al comienzo de la primera guerra mundial, y tiene que estudiar, por falta de recursos en la “Escuela de enseñanza técnica femenina” [1] , donde recibe en 1929 el diploma de Química. Empieza a trabajar en el Instituto del Radio, bajo la dirección de María Curie.
Empieza desde los puestos más humildes del escalafón científico; prácticamente haciendo el servicio de una laborante de laboratorio y después como secretaria de María Curie. El primer trabajo que se le asigna fue el de purificar el actinio, elemento que había descubierto Debierne en 1899. Lo hace por cristalización fraccionada de los oxalatos de las tierras raras que lo contenían [2] . Después de muchos meses de trabajo consigue una fuente de actinio de 10 milicuries, con lo cual puede medir el espectro de emisión del elemento. El 4 de julio de 1934, muere María Curie, con lo que el proyecto se para, aunque después sigue con el nuevo director, André Debierne y la participación de Irene Joliot Curie.
Durante el otoño de 1938, Perey observa una anomalía en la emisión
beta de una muestra de actinio, pues aunque prácticamente no debería poder
observarse, sin embargo otra recientemente obtenida de 227Ac, emitía durante los primeros momentos una radiación
beta penetrante que aumentaba de intensidad durante dos horas, permaneciendo
después constante. Durante las siguientes horas y días la actividad aumentaba
debido a la formación de los hijos del actinio, 227Th y 223Ra.
Sin embargo separados todos los “hijos”, la radiactividad seguía. Atribuyó
inicialmente esta actividad a pequeñas cantidades de actinio X que hubiera
podido quedar en la sal de lantano actinífero.
En enero de 1939, justifica esta radiación por la formación de un nuevo elemento beta emisor con periodo de 21 minutos, que era coprecipitado junto a las sales de cesio insolubles, y que tenía propiedades de un elemento alcalino; sería un eka-cesio. De esa manera Perey con menos de 30 años, descubre la emisión alfa del actinio [3] (no una beta penetrante como inicialmente supu-so): . Produciendo el elemento X, de número atómico 87 [4] , al que siguiendo la tradición llama Actinio K’ (fig.1)
El descubrimiento de Perey, provoca los celos de su jefe Debierne y de Irene Joliot Curie, que no aparecerán como coautores en el comunicado del descubrimiento. Tuvo que ser Jean Perrin el que lo presentó en la Academia de las Ciencias francesa.
Al terminar la segunda guerra mundial, el 2 de marzo de 1946, presenta
en la Sorbonne, su tesis sobre “El elemento 87: actinio K’ “.
En la última línea de la tesis, propone el nombre de francio para dicho elemento, que sería adoptado, sin discusión, al igual que su símbolo Fr, años después [5] . Sin embargo durante la presentación de su tesis, por sugerencia de Debierne, propuso el nombre de catium, con símbolo Cm.
Fig.1.Primera aparición del elemento 87, en el cuaderno de laboratorio de M.Perey
Fig.2
En 1946, Marguerite Perey es nombrada
“Maestra de investigación”, y tres años después, pasa a ocupar la nueva cátedra
de Química Nuclear en la Universidad de Estrasburgo, creándose allí el laboratorio
de Química Nuclear del Centro de Investigaciones Nucleares, del cual sería
la primera directora (fig.3). El 8 de noviembre de 1949, realiza la lectura
inaugural en el auditorio del instituto de química de la Universidad de Estrasburgo,
sobre su elemento, el francio y su situación en el sistema periódico que ya
había pronosticado Mendeleev. Así apareció en los periódicos de la época (fig.4)
Fig.3. M.Perey en su despacho de Estrasburgo
Fig.4.Lectura inaugural de M.Perey
En 1960, cuando cumplía 51 años,
le aparecen los primeros síntomas de un cáncer, debido al manejo de sustancias
radiactivas
[6]
(fig.5). Dos años después, el 12 de marzo de 1962, fue
elegida miembro de la Academia de Ciencias Francesa, siendo la primera mujer
en conseguirlo
[7]
(fig.6).
Fig.5. M.Perey en 1960
Fig.6
Cuatro años después, en el 300 aniversario de la fundación del Instituto de Francia, hizo su presentación oficial, apareciendo en toda la prensa, y siendo objetivo de numerosos reportajes. Su vida, debido a sus humildes comienzos fue objeto de publicaciones, y hasta apareció en viñetas como la “Hija de Francia”, y la “ Nueva madame Curie” [8] (fig.7).
La progresión de la enfermedad,
hace que se retire a Niza, aunque manteniendo contacto con su laboratorio
en los períodos en los que se reponía. Vuelve a Estrasburgo en 1969, para
celebrar el 30 aniversario del descubrimiento del francio. Una recaída en
su enfermedad, la hace ingresar en el Hospital Curie de París, y posteriormente
en la clínica del Valle del Sena en Louvenciennes, donde fallece el 13 de
mayo de 1975.
Fig.7
[1]
La ilusión
inicial de su vida era estudiar medicina, pero o contaba con recursos económicos
para ello
[2]
Perey partió
de una solución de sal de lantano actinífero que purificó así: Le agregó
un poco de sal de cerio y precipitó con amoniaco en presencia de peróxido
de hidrógeno, para separar los vestigios de radioactinio. Le añadió una
sal de plomo y le pasó por una corriente de sulfuro de hidrógeno, cuyo exceso
se separó por ebullición, descomponiendo la solución que hervía, con amoniaco
en presencia de cloruro bárico.
[3]
La radiación alfa del actinio, había sido observada en
1914, por Meyer y sus colaboradores Hess y Paneth, que publicaron que el
actino no sólo emitía radiación beta sino que también la producía alfa con
un recorrido de 3,4 cm. en el aire. Esta radiación se atribuyó al protoactinio.
Sin embargo al iniciarse la primera guerra mundial el equipo se disolvió
y aquella investigación terminó.
[4]
El elemento 87,
fue aparentemente observado por el profesor Holubei en 1936, en una polucita,
a través de unas rayas desconocidas en el espectro de rayos X. Lo bautizó
como moldavio (después se descubrió que dichas rayas espectrales correspondían
al mercurio). También fue obtenido posteriormente por el equipo de Allison,
del Instituto Politécnico de la Universidad de Alabama, en Estados Unidos
a partir de una monacita, siendo denominado por ello, virginio, con símbolo
Vi, y así aparece en las tablas periódicas americanas de 1941.
[5]
Este nombre
fue reconocido en el 11 Congreso Internacional de Química Pura y aplicada,
celebrado en Londres en julio de 1947.
[6]
El cáncer había
causado la muerte de María Curie y de su hija Irene, antecesoras en las
investigaciones en el Instituto del Radio de París.
[7]
Este hecho se
produjo, en virtud del cambio de dirección en la Academia, pues en enero
había sido nombrado director el matemático Arnaud Denjoy, el cual propuso
nuevas reglas, descartando aquellas que excluían a las mujeres. Perey fue
elegida para sustituir al Físico Emile Henriot, recientemente fallecido
en 1961. Obtuvo 48 votos de los 61 posibles. La segunda mujer elegida, 16
años después, fue la física Yvonne Choquet-Bruyat, en la sección de ciencias
de la computación y mecánica.
[8]
Apareció como
heroína en la historia “Perette y el átomo”