ENSEÑANZA DE LA FÍSICA Y LA QUÍMICA
Comenzó a trabajar en el Departamento de Farmacología de la Escuela
de Medicina de la universidad de Washington en San Louis realizando estudios
enzimológicos con el matrimonio Cory y al año siguiente pasó a trabajar en la
Universidad de Nueva York, siguiendo sus trabajos enzimológicos. Estos le
valieron en 1951, la medalla Bewberg. Investigó
el metabolismo de los hidratos de carbono y de los ácidos grasos, y descubrió
una nueva enzima que aclaraba el mecanismo de oxidación del ácido pirúvico
(ciclo de Krebs); también estudió el papel del complejo vitamínico B en estos
ciclos y el proceso de fijación de CO2 por parte de las plantas
verdes en la fotosíntesis. Pero
sus principales investigaciones se centraron en los fosfatos de alta energía
que participaban en las reacciones bioquímicas.
En 1955 Severo Ochoa descubrió y aisló una enzima de una célula bacteriana de Escherichia coli, que él denominó polinucleótido-fosforilasa y que luego fue conocida como ARN-polimerasa, cuya función catalítica es la síntesis de ARN (ácido ribonucleico), la molécula necesaria para la síntesis de proteínas. Con esa enzima, Ochoa consiguió por vez primera la síntesis del ARN en el laboratorio, a partir de un sustrato adecuado de nucleótidos (sus componentes elementales). Un año más tarde, el bioquímico norteamericano Arthur Kornberg, discípulo de Ochoa, demostró que la síntesis de ADN también requiere otra enzima polimerasa, específica para esta cadena. Ambos compartieron el Premio Nobel de Fisiología y Medicina de 1959 por sus descubrimientos. En aquellas fechas Severo Ochoa ya era ciudadano norteamericano [6] .
Calle Parroco Camino 11. En Luarca donde nació
Severo en su colegio de Málaga
Terminó su licenciatura en medicina en 1928, y decidió seguir dedicándose a la investigación [5] . Gracias a su publicación acerca de la creatinina, en 1929 consiguió una invitación para unirse al laboratorio de Otto Meyerhof en el instituto de biología Kaiser Wilhelm (hoy Instituto Max Planck) en Berlín.
En aquella época, el instituto era una importante cuna
de la bioquímica, por lo que tuvo la oportunidad de conocer y trabajar con
científicos como Otto Heinrich, Carl Neuberg, Einar Lundsgaard, y Fritz Lipmann, además del propio Meyerhof, que había recibido el premio Nobel de
Medicina en 1922.
En 1930 regresó a Madrid a terminar su tesis doctoral, que defendió ese mismo año.
En 1931, se casa con Carmen García Cobián, y es nombrado Profesor Ayudante de Fisiología y Bioquímica de la Facultad de Medicina de Madrid.
Severo en la Residencia de Estudiantes
Severo y Carmen llegando a Nueva York(escena de la serie sobre su vida)
Severo Ochoa en 1930
Severo a los 7 años
Nace el 24 de septiembre de 1905, en Luarca (España). Sus padres, Severo Manuel Ochoa, abogado y Carmen de Albornoz. Era el menor de 7 hermanos. Estudio en el colegio de los hermanos maristas de Gijón, hasta los 7 años, cuando fallece su madre, y su madre se traslada con la familia a Málaga [1] . Allí termina sus estudios de primaria y bachillerato en el colegio, de los Sagrados Corazones, que instalaron los jesuitas en el centro de Málaga [2] y después en el Instituto de Secundaria [3] . Consiguió el título de bachiller en 1922, y se matriculó en la facultad de Medicina de Madrid [4] .
Pronto se relacionó con
el catedrático de Fisiología Juan Negrin. Negrin propuso a Ochoa y otro
estudiante, José Valdecasas, trabajar en un método para aislar la creatinina presente en la orina. Los
dos estudiantes lograron su objetivo y también desarrollaron un método para
medir pequeñas cantidades de creatinina muscular.
Ochoa pasó el verano
de 1927 en Glasgow, trabajando con el doctor Noel Paton en
el metabolismo de la creatinina y mejorando su nivel de inglés.
Durante este período,
mejoró el citado método y al regresar a España escribió junto a Valdecasas un artículo científico describiendo su trabajo
en el Journal Biological Chemisryel “A micromethod for the estimation of total creatinine in muscle”. que fue
rápidamente aceptado, iniciando de esa manera su carrera en investigación en
bioquímica.
Severo y Carmen en 1958
Recibiendo el Nobel de Medicina
En 1932, se dedicó a la
enzimología en el Instituto Nacional para la investigación médica de Londres, y
en el 35, fue propuesto por el profesor Jiménez Díaz para asumir la dirección
del Departamento de Fisiología del instituto de Investigaciones Médicas de la
Ciudad Universitaria de Madrid. En el 36 estalla la guerra civil española y se
va con su mujer a Heidelberg (Alemania) con el profesor Meyerhof, como
asistente de investigación dedicándose al estudio de enzimas que actuaban en la
glucólisis y en las fermentaciones. El ascenso del nacional socialismo alemán
provoca que Meyerhof, que era judío, emigre, y con él Severo Ochoa. En el 37 se
traslada a Plymouth, a investigar en su laboratorio de biología marina. Desde 1938,
en el laboratorio de Rudolph Peters de la Universidad de Oxford , estudiará la
función de la tiamina en el metabolismo oxidativo.
La segunda guerra mundial le persigue y emigra a Estados Unidos en 1941
Severo y Carmen en Estados Unidos
Severo Ochoa en 1959
En el baile del Nobel
Severo Ochoa y Dali a su vuelta a España
En 1971, fue nombrado Director del Laboratorio de Biología Molecular de la Universidad Autónoma de Madrid. Por fin en 1975 dejó la Universidad de Nueva York regresando a España, jubilándose en 1975, sin dejar sus grupos de investigación [7] .
Desde su primera convocatoria en 1981,ejerció como presidente del jurado del Premio Príncipe de Asturias de Ciencias
En 1985 fijó definitivamente su residencia en España, y el 7 de mayo de 1986 , murió su mujer, provocándole una profunda depresión [8] que le hizo no volver a publicar ningún trabajo científico mas, dedicándose a dar conferencias. A Carmen Cobián la enterraron en el cementerio de Luarca, junto al mar.
En 1993, presenta en Madrid su biografía titulada “La emoción de descubrir”, y ese mismo año fallece a los 88 años de edad a consecuencia de una neumonía. Será enterrado junto con su esposa, en el panteón de Luarca [9] . En su testamento creó la Fundación Carmen y Severo Ochoa, al objeto de perpetuar la memoria de su nombre unido al de su mujer.
Epitafio en la tumba de Severo y Carmen
Panteón de Severo y Carmen en Luarca
NOTAS FINALES
[1]
En verano volverán todos los
años a Villar en Luarca, a la casa de la
abuela, “Villa Carmen”, que había comprado la bisabuela Carmen de Albornoz
cuando regresó de Puerto Rico
[2]
Para su admisión era necesario
tener entre 7 y 12 años y saber leer. El horario era de 9 a 12 y de 14 a 17
horas. En él permaneció 3 cursos , del 1912 al 1915. E hizo su primera comunión
el 21 de mayor de 1914, en la Iglesia de San Agustín de los Jesuitas. En este
curso su nota media gramática y aritmética fue 4 y 4,66 puntos respectivamente
( sus peores medias).
[3]
Sus notas de 5ª curso de
bachillerato tampoco fueron excesivamente buenas. En junio. Física: notable;
Historia literaria: sobresaliente; Psicología y lógica: aprobado; Dibujo 2ª:
aprobado. Fisiología e higiene: no hay nota, ni en junio ni en septiembre.
[4]
Se alojó en la Residencia de
Estudiantes, donde conoció a Dalí y a Lorca. Precisamente en sus sótanos había
montado Juan Negrin,a instancia de Santiago Ramón y Cajal, el nuevo Laboratorio de Fisiología General, lo cual favorecería sus
estudios y trabajos.
[5] Confesaría que nunca vió un enfermo, fuera de las prácticas de la Facultad.
[6]
Fue su mujer la que se
encargó de solicitar la nacionalidad norteamericana, que le fue concedida en
1956. Ochoa declaró que no lo hacía por motivos políticos: “Siempre se
consideró un exilado científico, no político”
[7]
Tras residir 45 años en Estados
Unidos, manifestó a los corresponsales de Nueva York, “que él nunca había
sido nostálgico, y que lo que había perseguido siempre era un lugar adecuado de
trabajo y creo que en España tengo ahora mas que hacer que en Estados Unidos.
Si no existiera el Centro de Biología Molecular no volvería a España”
[8] Su mujer había marcado completamente su vida. Decía “Una mujer puede cambiar la trayectoria vital de un hombre”, y es lo que le había ocurrido en los 55 años de convivencia. Sin embargo decía que “El amor es física y química”. Al sentirse sólo se refugió con su familia en Luarca. Como no había tenido hijos, frecuentaba la familia de su sobrino Joaquín Morilla, cuya hija Cristina, hacía el papel de nieta del “tío Fabero”, como le llamaba.
[9]
Dos años antes de fallecer dejó en
casa de su sobrino un paquete que contenía una lápida de mármol, para su
panteón de Luarca. En la lápida se puede leer el siguiente epitafio :”Aquí
yacen Carmen y Severo Ochoa. Unidos toda una vida por el amor. Ahora vinculados
eternamente por la muerte”.
Monumento a Severo Ochoa en la Universidad Complutense
ALMACÉN