ENSEÑANZA DE LA FÍSICA Y LA QUÍMICA

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EL PRIMER METAL NOBLE: EL ORO

Los primeros nombres

Lógicamente los primeros metales que el hombre ha usado son aquellos que se encuentran nativos en la naturaleza  que en principio empleó únicamente como adorno, atraído por su brillo. Estamos en pleno paleolítico y el hombre habituado a sus hachas de piedra, sus pequeños guijarros afilados de sílex, no concebía que lo que conocemos actualmente por oro y plata sirviera para algo más que para hacer colgantes, láminas que adoptaban formas diversas, aros y pulseras; no conocía la forja. Entre los 10.000 y 7.000 años antes de Cristo, lo único que hacía era martillar el oro que previamente había llegado a fundir. Por lo general el metal se encontraba en pequeñas masas irregulares, en vetas de cuarzo del que destacaba por su color amarillo,  llamando la atención del hombre primitivo. Con mazas de sílex lo fragmentaba, luego en cuencos lo convertía en partículas pequeñas, que por gravimetría separaba lavándolas con agua (el oro tiene una densidad mucho mayor que la sílice), tal como se divulga a través del cine en las películas de buscadores de oro  del oeste norteamericano. El polvo de oro se recogía con esponjas, se formaba una masa y se fundía. El oro puro funde a 1063ºC, sin embargo cuando tiene impurezas se rebaja mucho esta temperatura. Así, un 20% de cobre, la hace descender hasta 850ºC, temperatura fácilmente conseguible en aquella época.  Por eso las primeras muestras arqueológicas, nos indican un oro rebajado, muy inferior al encontrado en las tumbas egipcias a partir del 1500 a.C.[1] . 

Los egipcios conocían el oro  con el nombre de NUB, por su procedencia, puesto que la región desértica de donde lo extraían la denominaban Nubia [2] .

Los hebreos y fenicios llamaron al oro ZANAB, derivado del verbo tzanab que significaba brillar. Así, en árabe fue DHAHAB, y con él entró en España, modificándose hasta DAEB, nombre que no prevaleció.

Actualmente es DAHABUN. En los escritos hebreos (Biblia y Talmud), aparece el oro con los siguientes nombres: ZAHAV (SAHAF o SAHAB), PAZ, KETEM, HARUS, S=GOR, OPHIR Y BASER, la mayoría se refieren al sitio de procedencia [3] .

 En las lenguas semíticas se le conoce como ZAQEH, derivado de los primitivos nombres mesopotámicos. En harari, el oro significa el metal, y se denomina BRÄT, que deriva de la raíz BERANA (brillar), que en Etiopía será BcRÄT (que da luz), semejante al sirio BŒLAS. Esta idea que persiste en el estado metálico, servirá para confundir los términos que identifican a metales diferentes.

 

El oro clásico y la aurora

El castellano ORO procede del latín AURUM, el cual a su vez lo había tomado, no directamente del griego o de una lengua mediterránea sino de otra variante del indoeuropeo. Antiguamente los sabinos llamaban al oro AUSON o AUSUM derivado de AUSEL, la aurora, formada por las palabras AUSOS (salir) y SAUEL (sol), y precisamente la aurora en sánscrito e indoiranio era USAH, emparentada con el amarillo que también en sánscrito era HARI; el avéstico ZARI (oro), aunque no lo parezca, contienen la misma raíz que el AURUM. En lituano, aurora es AUSRA, y el sol, AUKSAS. Pero todavía podemos considerar otras muchas variantes del indoeuropeo, por ejemplo en viejo prusiano, el oro era AUSIS y en galés AUR. En todos ellos existe la misma raíz: AUS o AUR, y siempre se intenta nombrar al oro como algo que resplandece como el sol naciente. El sabino lo toma del indoeuropeo y los latinos de aquél. Así, el ORO español e italiano, OURO portugués, OR  francés e irlandés, AUR rumano y AOUR británico,  derivan a través del latín, del indoeuropeo. En euskera es URRE, vinculado al caldeo URRU, luz del día y por lo tanto con el mismo sentido que el castellano  ORO, mientras que en las lenguas caucásicas (georgiano) es OKRO.

Curiosamente, el concepto de aurora, que por su color amarillo rojizo  generará el del oro, está directamente relacionado con el sánscrito USAS, el griego EOS (²ώς) y el latín, AURORA (tal como el español). No debe parecer extraño por lo tanto, que el oro también lo esté. En el mismo sentido, en hebreo y fenicio es HARUS, y en acadio (antiguo asirio), HURASU (leído jurasu), relacionado con el avéstico ZARANYA y con el sánscrito HARY, con múltiples variantes a través de HIRANYA [4] , y el persa DARANYA. Estos son términos  compuestos;  el sufijo ANYA, del que derivará el AYAS que dará el AES latino, tiene el significado de metal; metal por excelencia, mientras que el prefijo indicará el color amarillo.

En griego, el oro era χρυσός, leído jrisós o krisós, derivado del micénico KURUSO, y éste a su vez del acadio y asirio HUR}SU. La transcripción actual es CHRYSOS.  Todos ellos parten de la idea del color rojo amarillo característico de la aurora. La unión entre el AUSAS y el AUSKAS lituano (aurora), que dará a través de AUSEL y AUSUM, el AURUM latino, y el USAH (avéstico) y  USAS (sánscrito), se efectúa a través del WÄS y WES  tocario (oro), que suena como aus, con la idea de metal amarillo. La conexión LUZ - SOL- ROJO- ORO, se puede apreciar ya en las lenguas más primitivas.

En armenio sol es AREV; en sánscrito, ARUNA y  ARUSA, rojizo, mientras que en avéstico AURUSA es blanco, en el sentido de luminoso

En sánscrito se aplica también el término de JATARUPA, pero partiendo de una idea distinta, con el significado de "belleza natural".

 

El oro anglosajón es amarillo

)De dónde procede el GOLD inglés y el GELP alemán? Sencillamente a través del mismo concepto de amarillo tal como hemos visto: el tocario WÄS / WES,  el  sánscrito JVAL, que daría a través de GHEL (también amarillo en sánscrito) [5] , GUAL y GUL, el término GULP, que extendieron los godos. Dicha acepción es la que, pasando por el anglosajón GEOLO, el viejo noruego GULL, dará el GELP alemán, el GOLD inglés, el GOUD holandés y el GULD danés o sueco, que se incluirá en el primer símbolo del elemento químico propuesto por Dalton : un círculo que enmarcaba una G.

Debemos tener en cuenta que aunque las transcripciones no se parezcan en las diferentes lenguas, los sonidos emitidos pueden ser idénticos, dado que la propagación de las acepciones de todos los metales se hizo a través del lenguaje hablado, y muchas veces el sonido se va a deformar por dificultades de pronunciación de determinados pueblos que lo transmitirán a su vez transformado.

 

Otras acepciones para el oro

Las lenguas eslavas tienen otra forma de denominar este metal, así en letón es ZELTS, en checoslovaco, serbocroata y polaco; ZLATO y en ruso; ZOLOTO  

A partir de las transformaciones establecidas y con un origen común, el indoeuropeo, tenemos al oro instalado lingüísticamente en Europa. La propagación del indoiranio hacia el sur y hacia el oeste, dará lugar a otras modificaciones que se extendieron fuera de Europa. Recordemos que en indoiranio, la aurora era USAH y los vedas la llamaban USAR-BHUT y USRAT.

Pues bien, en el siglo XI, aparecieron transcripciones que permiten determinar que los tártaros llamaban al oro  ALTUM [6] . En turco osmanlí era ALTYIN y en bereber ALDUM. Es precisamente a través de estas modificaciones de donde surgirá el nombre español de LATÓN, derivado desde el  árabe al latín LATUM, como algo parecido al oro.

Sin embargo el oro va a dejar una herencia fundamental: el carácter metálico, a través de su aspecto. De tal manera se va a imponer, que los chinos en los ideogramas que representan a todos los metales, hacen aparecer el del oro, que llaman CHIN (actualmente se transcribe como TçIN,  mientras que en japonés lo hace  como KIN y JIN). La filosofía china creía que el oro era el metal por excelencia, y que todos los metales incluido el bronce, se convertirían en el seno de la tierra en oro. Este hecho se representa perfectamente en el ideograma del oro y de los metales: dos trazos en ángulo, con el vértice hacia arriba, significando un monte. Debajo, una planta (un tallo con tres hojas) que sale del suelo (la tierra), en cuyo interior aparecen pequeños trazos que simbolizan las piedras o minerales. También el planeta Venus se representa así, al recibir el nombre de Aestrella de oro @(JIN XING), por su especial brillo.

Las ideas chinas serán el fundamento de la alquimia  oriental  y después occidental [7] , como se verá en el desarrollo alquímico de capítulos posteriores. En China, el oro producía la inmortalidad y estaba en la base del taoísmo, hasta tal punto que si se comía y bebía en vajillas de oro se prolongaba la vida [8] . No es de extrañar por lo tanto que se intentase producir oro por cualquier método, surgiendo los procedimientos  alquímicos, que alcanzaron tal desarrollo que el emperador tuvo que prohibir ya en el año 14 a.C. a través de un decreto, la obtención de este oro, con castigo de ejecución pública para los sorprendidos en flagrante delito [9] . Curiosamente desde que en 1890, Koch descubrió que el AuCN inhibía el crecimiento del bacilo de la tuberculosis, se emplean  compuestos de oro hasta nuestros días como agentes terapéuticos y antitumorales, en multitud de enfermedades como la artritis reumática, asma bronquial, malaria e incluso contra el virus de inmunodeficiencia.


Orígenes químicos del nombre del oro       

)Por qué el oro tiene ese brillo y color característico que tan poderosamente llamó la atención de nuestros hombres primitivos? 

El brillo es una característica de todos los metales, inherente a la teoría del enlace metálico.

En los metales todos los electrones de valencia son equivalentes entre sí e intercambiables de posición, sin embargo debido a las restricciones cuánticas, no pueden poseer la misma energía, produciéndose niveles energéticos, que dan lugar a un continuo, denominado banda. En el cero absoluto de temperatura, esta banda continua está ocupada hasta una energía conocida como nivel de Fermi, que la limita, y se denomina banda de valencia. Por encima de ella, todos los estados están vacíos; cualquier aporte de energía situará a los electrones en una banda vacía de mayor energía. Puesto que los metales poseen un continuo de estados excitados, cabría esperar que absorbieran radiaciones de cualquier longitud de onda y en consecuencia fueran negros, pero es evidente que no es así, de forma que cuando un electrón de un metal absorbe un fotón, lo remite  inmediatamente sin modificar su energía retornando al estado original. Como esta radiación se emite muy rápidamente la superficie metálica se comporta como reflectante, y no como absorbente; de ahí su brillo. Así, un metal suave y pulido presenta una buena superficie reflectante, mientras que un polvillo metálico finamente dividido aparecerá negro.

Ya hemos dicho que el oro se encuentra fundamentalmente nativo por su incapacidad de combinarse con azufre y el oxígeno, dado su elevado potencial de reducción. Su red es cúbica centrada en las caras [10] lo  cual hace que al ser todos los átomos o iones metálicos iguales, presenten múltiples planos de deslizamiento que le proporcionan su extraordinaria maleabilidad y ductilidad [11] . Al mismo tiempo su densidad es muy grande, debido a la contracción de sus orbitales externos por los motivos que se explicarán, y al elevado número de iones dentro de cada celda unidad [12] . Su carga nuclear efectiva es grande y su radio, al heredar la contracción lantánida, menor de lo normal para un elemento del sexto período. Todo ello hace que le sea difícil perder electrones, pues los 6s2, son excepcionalmente estables (teoría del par 6s2 inerte  propuesta por Sidgwich  en 1933), y por lo tanto disminuye su capacidad combinativa.  

El átomo de oro que tiene una estructura electrónica 4f14 5d10 6s1, presenta una electroafinidad excepcionalmente alta de  -223 kJ/mol, como si fuera un elemento muy electronegativo, mayor que la del azufre y comparable a la del yodo, de su mismo período. La culpa de todo ello no es realmente ni de la contracción lantánida, ni de la estabilidad de los electrones s en el nivel 6, sino de aplicar la teoría especial de la relatividad de Einstein. Evidentemente según esta teoría, la masa de un cuerpo depende de su velocidad, y así como el electrón del hidrógeno en una órbita con un radio aproximado de 0,53Å, posee una velocidad c/137, y por lo tanto tiene una masa que sólo es 1,000003 su masa en reposo, al aumentar la carga nuclear, aumenta su velocidad y por lo tanto la masa de los electrones llega a ser en el oro 1,2 de su masa en reposo. Este hecho produce una contracción de los orbitales 1s interiores, que  ha sido calculada aproximadamente en un 16% del  valor sin esta consideración. Por eso la energía de estabilización del electrón 6s1, es  2,8eV  (270kJ/mol), de los cuales un 66% se deben a los efectos relativistas, mientras que un 33% serían producidos por la contracción lantánida.

Por otra parte mientras se contraen los s y los p, tienden a expandirse radialmente los f y los d, lo cual va a producir una diferencia energética entre los 5d y los 6s, no excesivamente grande, que hace que el oro absorba en la frecuencia de la luz  azul, excitando los electrones 5d hasta el nivel 6s. Esta absorción en el azul, implica una emisión en su complementario que es el amarillo. Por eso el oro es amarillo,  color que se asemeja al del sol al nacer, y por dicha razón se llama AURUM, ORO o GOLD.

La tonalidad amarillo rojiza de la aurora, se debe a un efecto de dispersión o de esparcimiento de los fotones al atravesar con un pequeño ángulo la atmósfera. Lord Rayleigh  demostró que la intensidad de la luz difundida era inversamente proporcional a la cuarta potencia de la longitud de onda, así las colisiones de los fotones con las moléculas de nitrógeno y oxígeno de la atmósfera, produce una emisión en azul ya que esta frecuencia  era dispersada cuatro veces más que la roja, y por eso el cielo aparece azul. Sin embargo, la luz solar se ve privada así de esta componente, y en consecuencia aparecerá una tonalidad rojiza, especialmente al amanecer y al anochecer, cuando dicha luz atraviesa un mayor espesor de atmósfera.

Curiosamente el hecho de la gran electroafinidad del oro, hace que puedan existir moléculas de Au2, en fase gaseosa más estables que las de I2 (g), pues mientras que en las primeras la energía de disociación es 221kJ/mol, en las de yodo es 151kJ/mol.

La simbología del oro  es una de las más antiguas. Ya hemos hablado del propuesto por Dalton, a principios del siglo XIX, el círculo con la G, de Gold. También hemos mencionado los jeroglíficos egipcios, con la concavidad apoyada en curvas, sobre la que convergen rayos, que podía representar el brillo del oro. Sin embargo dado que los egipcios no solían representar el brillo de sus joyas, por eso, el profesor de Blas, sugiere que pudiera tratarse de un paño en forma de cavidad sobre el que se está lavando el oro con chorros de agua representados así por los radios que convergen en el tamiz. Más tarde también se representaría en las últimas dinastías por un collar de cuentas pendientes, simbolismo que también surge en otras culturas de Oriente Medio.

En los pictogramas asirios y babilonios, comenzó a relacionarse los astros conocidos y más brillantes, con los metales más brillantes, a través del culto al sol [13] , que se representaba por el oro. No es de extrañar que en las lenguas antiguas africanas como en harari o en semita, al  sol se le nombre como AYR, ER e IR. Por eso la alquimia griega y egipcia, lo tomó como símbolo, y así aparecerá como un círculo con un punto en el centro [14] . En otras versiones será un círculo con dos rayos tangentes concurrentes en un punto. A partir de éste, completándolo con diferentes rasgos se obtendrán diferentes significados de compuestos de oro, así por ejemplo, los hilos de ese metal, serían tres pequeños segmentos iguales sobre un rayo convergente del símbolo anterior. Newton  en 1660, y en una faceta poco conocida de su actividad, resumió en una enciclopedia los símbolos alquímicos conocidos dando tres para el oro: el conocido círculo, tres pequeños círculos en ángulo agudo unidos por segmentos, y el triángulo equilátero con vértice hacia abajo y pequeñas cruces en los vértices. Los símbolos alquímicos del oro han sido muy numerosos; Sommerhoff, en su Lexikon Pharmaceuticochymicum Latino Germanicum, publicado en 1701, aporta nada menos que 37.


[1] El trabajo del oro en el antiguo Egipto, aparece ya en los bajos relieves de las tumbas de Saqqara, en el año 2400 a.C. En ellos se distingue a los artesanos avivando el fuego, para conseguir una mayor temperatura, con sopletes de arcilla. Sólo a partir del 1500 a.C. surgen los grabados en tumbas de Tebas, en las que emplean fuelles de pie para el mismo fin.

[2] El nombre de Nubia , significa país del oro. En muchas  leyendas primitivas existe un país del oro que es buscado por todos los héroes, sin embargo en este caso, era una realidad, pues suministraba anualmente al imperio egipcio, 300kg de oro. Todavía existen mapas antiguos, que indican  yacimientos auríferos del próximo oriente. Es muy conocido el pasaje bíblico de la reina de Saba, país situado al sur de la península arábica; en él estaba el yacimiento de Sabaei.

[3] En la Biblia aparecen varios tipos de oros: el oro pulido (zahav shahut), oro bueno (zahav tov), oro puro (zahav tahor), oro refinado (zahav m=zuqqaq) y el oro cautivo (zahav sagur).Igualmente con el término ketem, aparece el ketem tahor, ketem ophir, ketem tov, y ketem uphaz. En el Talmud aparece como Muphaz (oro normal), Shahut era el oro capaz de ser estirado, y Parvayim (oro de ese lugar). Al oro caliente que preparaban para hacer aleaciones lo denominaban siwan. En la epístola Me-Zahab, de Benjamin Mussafia, médico del rey Cristian IV de Dinamarca y publicada por primera vez en Hamburgo en 1638, en la que resume todos los tratamientos del oro bíblicos se hace referencia al oro potable (me-zahav), oro purificado (zahab zucac), oro quemado (zahab saruff), oro limpio (zahab tahor), oro vegetal (zahab parvaim), oro fuerte (zahab muphaz), oro estirado (zahab sachut).

[4] Así  aparece  en la India en el período védico, entre el 5000 y el 3200 a.C. En la época postvédica,  llegaron a tener cinco nombres diferentes para  el oro según las tonalidades de su sombra, así era JAMBUNADA, azulado; SHRUNGASHUKTI, plateado; SHATAKUMBHA, color manzana; HATAKA y  VAINABLE.

[5] El *GHEL indoeuropeo dará el yellow (amarillo) inglés, tal como el color "del oro", que originará   el  anómalo significado de gualdo, aplicado al amarillo de la bandera española. 

[6] En el manuscrito de Mánchester se determina claramente que el ALATON, que aparece en los tratados alquimistas judíos, hace referencia al bronce.

[7] Está atestiguado en el HUAI-NAN-TZU,  del 122 a.C. Según Homer H. Dubs en "The Beginning of Alchemy", cree que el origen de la alquimia  hay que buscarlo en el siglo IV antes de Cristo, ya que sólo podía nacer en una civilización donde no abundara el oro, porque su filosofía era buscarlo. En cambio en las civilizaciones de origen mesopotámico, egipcio o griego, el oro era muy conocido al igual que sus tratamientos.

[8] El empleo de compuestos de oro como prolongador de la vida, está datado en China, desde el 2500 a.C.

[9] La obtención de oro a partir de otra sustancia, todavía  persistía en el siglo XX, pues en 1924, aparece una publicación de A.Miethe desde el Charlottenburg Technical College de Berlín, en la cual lo conseguía a partir de mercurio. Y en el año siguiente otra de H.Nagaoka desde Tokio con la obtención de 0,082mg de Au a partir de 1,52 kg de mercurio.

[10] La primera referencia a la red cúbica centrada en las caras  y al número de átomos que contenía, y por lo tanto en función del  empaquetamiento, base para el cálculo de las densidades, la hizo el matemático y astrónomo inglés Thomas Harriot, a quien, habiéndose marchado a Virginia en 1585, se le atribuyó la propagación de la patata y el tabaco en Europa, siendo el primer europeo en morirse de cáncer de pulmón, según atestigua R.Taton en "The Beginnings of Modern Science".Sin embargo fue posterior a J.Nicot, que con su nombre lo atestiguaría, el cual siendo embajador en Lisboa en 1550, lo llevó a Francia, ofreciéndolo a la reina Catalina de Médici, que se aficionó a él propagándolo por Europa con el nombre de Aplanta de la reina@. 

[11] Es el metal que se puede reducir a láminas más finas de 0,009 micras de espesor, por eso fue empleada por Rutherford para su experimento de dispersión de partículas alfa, que determinó la existencia de los núcleos atómicos. Los hilos de oro que demuestran su ductilidad, llegan a tener 0,002 micras de espesor.

[12] En la red cúbica centrada en las caras (CCC), existen un ión en el centro de cada cara, y en los vértices del cubo. Por lo tanto dentro de la celdilla van a permanecer 3 iones debidos a su situación en las caras (por cada ión, medio estaría dentro), y uno por su posición en los vértices (por cada ión 1/8 estaría dentro del cubo). Como se conoce la masa de cada ión, así como el lado del cubo, ya que su diagonal en el máximo empaquetamiento, implica una distancia 4 veces el radio del ión, se podría calcular geométricamente la masa por unidad de volumen, esto es, su densidad que en el caso del oro es de 19,3g/cm3.

[13] El culto al sol tan extendido también en los primeros pueblos americanos, hacen que por ejemplo, en la cultura incaica, se denominara el oro como SUDOR DEL SOL.

[14]  Posteriormente en la época de Dalton, heredaría este símbolo el oxígeno.