GRUPO HEUREMA. EDUCACIÓN SECUNDARIA
ENSEÑANZA DE LA FÍSICA Y LA QUÍMICA
TRANSURÁNIDOS 1
La investigación sobre los nuevos
metales comienza a partir del descubrimiento de la radiactividad artificial
por el matrimonio Federico Joliot e Irene Curie, la hija de María, en 1934.
Lo que aquellos lograron con los núcleos ligeros pretende conseguirlo Enrico
Fermi, profesor de Física Teórica de la Universidad de Roma, junto con su
equipo formado por los científicos Segré y Amaldi, con los pesados. Para
ello ya que no dispone de los poderosos aceleradores de partículas norteamericanos
para superar el rechazo de los núcleos
pesados con su gran carga positiva, deberá emplear la partícula sin carga,
descubierta dos años antes y de forma independiente por Chadwick y los Joliot-Curie. Curiosamente comprueba que
la reacción se activa cuando el conjunto irradiado se protegía con plomo,
o cerca de la fuente neutrónica existía parafina o agua.
El análisis de esas circunstancias
le permite demostrar que los neutrones resultaban frenados por el plomo,
el agua o la parafina aumentando la probabilidad de su captura por los núcleos;
habían nacido los neutrones térmicos o lentos
[1]
. En junio de 1934 publica en la revista Nature,
los primeros resultados del bombardeo neutrónico del uranio 92, el elemento
más pesado que existía. El trabajo "Posible producción de elementos
de número atómico superior al 92", será un clásico en el descubrimiento
de nuevos metales. En el bombardeo con esos neutrones aparecía una actividad
radiactiva que se mantenía durante 13 minutos. Evidentemente al emitir radiación
beta, los núcleos bombardeados deberían dar lugar a elementos de número
atómico superior al uranio, y que por lo tanto serían nuevos elementos químicos.
Fermi los llama TRANSURÁNIDOS. Él mismo, lo comenta así:
"La imposibilidad de identificación
de la actividad de 13 minutos con la de un gran número de elementos pesados,
sugiere que es debida a un elemento cuyo número atómico puede ser superior al 93, que
lo haría químicamente homólogo al manganeso y al renio. Esta hipótesis se
confirma por el hecho de que la actividad durante 13 minutos es transportada
por un precipitado de sulfuro de renio insoluble en ácido clorhídrico. Aunque
algunos elementos precipitan de esta forma, esta evidencia puede considerarse
como muy importante".
En estos primeros comunicados al
hipotético elemento formado se le denomina PRODUCTO DE 13 MINUTOS. La actividad era transportada cuando se precipitaba
el dióxido de manganeso hirviendo la solución con clorato sódico. Pese a
las explicaciones contrarias de Grosse y Angruss, de la universidad de Chicago
[2]
, la idea de Fermi
[3]
se plasmaba en las siguientes reacciones nucleares:
298U92 + 1n0
= 239U92 = 239X93 + 0β-1 239X93 = 239Y94
+ 0β-1
Así llegan hasta el elemento de
número atómico 96, pero sólo bautiza al 93 y 94. Al primero lo llama AUSONIUM,
y al segundo HESPERIUM, tomando seudónimos de Italia que aparecen
en la Eneida de Virgilio
[4]
, puesto que el trabajo fue realizado en la
Real Universidad de Roma, y por un equipo formado íntegramente por científicos
italianos
[5]
.
Poco después Ida Nodack, la descubridora
del elemento RHENIUM replica y contesta el descubrimiento de Fermi.
Así el 15 de septiembre de 1934 en su publicación "Sobre el elemento
93", sugiere que la actividad radiactiva encontrada era debida a elementos
de número atómico medio. Como se puede observar, los descubrimientos italianos
no fueron tenidos muy en cuenta por los escépticos científicos europeos
de París y Berlín, que intentaron comprobarlo, pero el hecho de que en 1938,
Irene Joliot Curie y Sávich, también discreparan de Fermi, recalcando
que uno de los productos del bombardeo neutrónico del uranio "se comportaba
químicamente como el lantano"
[6]
, llamándolo R3,5, va a
abrir las puertas para que en Berlín, Hahn y Strassmann, "redescubran"
por decirlo así la fisión
[7]
nuclear del uranio
[8]
.
Los investigadores alemanes del
Instituto Kaiser Guillermo II de Berlin, bombardean el uranio con neutrones lentos y también encuentran
a mediados de 1937, los elementos transuránidos hasta el elemento 97. Los
procesos que proponen son:
U92 + 1n0
= X-β (10s) = Eka Re93
–β (2,2m) = Eka Os94
–β (59m) = Eka Ir95-β
(66h) =
= Eka Pt96-β (2,5h) = Eka Au97
U92 + 1n0
= Y-β (40s) = Eka Re93 –β (16m) = Eka Os94 –β (5,7h) =Eka Ir95
U92 + 1n0
= Z-β (23m) = Eka Re93
Cada proceso correspondería a los
diferentes isótopos del uranio, aunque con especial relevancia al U238.
Los elementos obtenidos con números atómicos 93, 94, 95, 96 y hasta 97,
son los EKA, de los inmediatamente encima siguiendo la sistemática de Mendeléev;
esto es EKA RHENIUM (93), EKA OSMIUM (94), EKA IRIDIUM
(95), EKA OSMIUM (96) y EKA AURUM (97). Era el recurso normal,
cuando no se quería bautizar todavía a un elemento. Al año siguiente se
comprobaría que no eran tales nuevos elementos, ya que su β actividad
se debía a isótopos de fragmentos de fisión; esto es una reacción mucho
más importante.
Siguiendo un proceso completamente
distinto, el 4 de septiembre de 1939, el profesor Hulubei y su colaboradora
Cauchois, a través del espectro de rayos X, obtienen pruebas de la existencia
del elemento 93, en minerales de uranio extraídos de Madagascar y Brasil;
lo denominan SEQUANIUM
[9]
.
La situación política europea se
va a modificar y en cierto modo dirigirá la investigación científica mundial.
Fermi con parte de su equipo emigra a Norteamérica y estalla la segunda
guerra mundial. Los descubrimientos son secretos de estado que sólo posteriormente
serán desvelados.
En los años 39 y 40, un equipo
de la universidad de California formado por Mc.Millan y Abelson, repiten
las experiencias de Fermi y Hahn, comprobando la fisión de uranio, pero
demostrando que una vez separados los productos de fisión, existía en la
muestra una sustancia con actividad radiactiva diferente de la que cabría
esperar del uranio 239 o del uranio 238. Se trataba del elemento de número
atómico 93, redescubierto en Estados Unidos. Se le llama "ELEMENTO
93". Posteriormente lo obtendrán por desintegración del uranio
237, ligeramente más estable, según esta reacción:
238U92 +1n0
= 237U92 + 2 (1n0) 237U92 = 237X93
+ 0e-1
En 1941, Seaborg, Segré, Kennedy
y Wahl, bombardean uranio con neutrones acelerados por un ciclotrón y obtienen
también, un isótopo del elemento 93 pero beta emisor que se va a transformar
en el siguiente, de número atómico 94. El 7 de marzo de 1941, aparece en
The Physical Review, el comunicado sobre
el descubrimiento del "ELEMENTO 94" que se había realizado
el 23 de febrero anterior. Las comunicaciones científicas fechadas el 7
de marzo y el 28 de junio de 1941 sobre estos hechos permanecen ocultas
ya que existe la creencia de que el nuevo metal puede ser material fisionable. Así toda la información pasa a ser alto secreto,
codificándose tanto el elemento 93
como el 94, con los nombres respectivos de SILVER (PLATA)
y COPPER (COBRE). Pasando a ser
el cobre real, "HONEST-TO-GOD-COPPER". Pero los metales
seguían sin nombrarse y el equipo tenía que presentar sin falta un informe
al comité del Uranium en Washington, así que, a toda prisa, Mc.Millan llama
al "ELEMENTO 93", NEPTUNIUM (Np) por ser el planeta
NEPTUNO el que sigue a URANO, que había dado nombre siglo
y medio antes al elemento anterior
[10]
. Continuando la mecánica de nombramiento anterior,
el "ELEMENTO 94", deberá referirse la planeta PLUTO
(en inglés), con lo que el nombre del metal podría ser PLUTIUM
o PLUTONIUM, "decididamente porque sonaba mejor tomamos este
último" dice Seaborg. Así nace el nombre de PLUTONIUM
[11]
(Pu), que producirá el PLUTONIO español.
Sin embargo la investigación continuó
y el equipo destinado a la búsqueda de los elementos TRANSURÁNIDOS
(por encontrarse después del uranio), formado por Seaborg, Segré, James
y Giorso, seguirá trabajando en la universidad de Berkeley en California.
Debemos recordar estos nombres ya que al no existir más planetas después
de PLUTÓN, las corrientes nominadoras pasarán de las astronómicas
iniciadas por Klaproth a finales del XVIII, a las geográficas
y honoríficas.
[1]
Los neutrones tal
como salen de las reacciones nucleares tienen una velocidad de unos 10.000km/s,
al ser frenados por colisiones elásticas con partículas de masa parecida
(protones, o átomos de hidrógeno), e intercambiar sus velocidades, pueden
convertirlas en 15 veces menores, siendo llamados neutrones lentos.
[2] La idea de Angruss y Grosse, era que el PRODUCTO DE 13 MINUTOS, no era más que un isótopo del elemento 91.
[3]
El descubrimiento del elemento 93, fue publicado por
primera vez en un reportaje del Giornale d=Italia y el anuncio
oficial de tal descubrimiento fue hecho por el senador Corbin, en un acto
celebrado en la Academia dei Lincei en Roma.
[4]
Tanto AUSONIUM
como HESPERIUM, realmente y en sentido original no son sinónimos más o
menos poéticos de Italia. El primero deriva de la raíz indoeuropea * aus
y *ausos, que hace referencia al nacimiento del sol, con el significado
concreto de región, país o comarca por donde sale el sol, o sea al este,
término con el mismo origen, que dará el griego §ως, el
latín aurora, el lituano aušra, y antes el avéstico uš~, que están, debido
a su color, en el origen del nombre de otro elemento químico; el oro.
El Hesperium, es el contrapuesto, o sea el oeste, por donde se pone, y
deriva del griego ©σπέρα.
[5]
El equipo estaba formado aparte de Fermi, por Amaldi,
D=Agostino, Rasetti
y Segré.
[6] El trabajo publicado en el Chemical Review, llevaba por título "Sobre la naturaleza del radioelemento de período de 3,5 horas formado cuando el uranio es irradiado por neutrones".
[7] Término propuesto por Lise Meitner y su sobrino Otto Fritz para dicho proceso, cuando recibieron en Copenhague el comunicado de Strassmann.
[8]
Federico Joliot, había publicado en el J.Phy.Radium,
en 1934, la comprobación a través de las huellas en una cámara de niebla,
de una partición nuclear, sin que nadie se tomara en serio el trabajo.
[9]
En el comunicado manifiestan:@Si se confirma
la existencia de este elemento 93, se le deberá llamar SEQUANIUM, en honor
de la valiente y generosa civilización que floreció a orillas del Sena@. Ese era el nombre
galo del río Sena.
[10]
El nombre del planeta Neptuno fue propuesto por el
astrónomo Leverrier, su descubridor en 1846 por lo mucho que le había
hecho sudar dicho descubrimiento (Neptuno era el dios romano de las aguas).
Es bastante casualidad que así como Saturno, era el planeta más lento
y se relacionó con el metal aparentemente más pesado (el plomo), Neptuno
es un planeta que se identifica por la coloración verde de su atmósfera,
que también coincide con el de las sales del elemento neptunio (V).
[11]
A principios del
siglo XIX, existía otro elemento con el nombre de PLUTONIUM, aislado en
1810 del mineral de la barita por el profesor Clarke, mineralogista de
Cambridge, según aparece en el ASysteme of Chemistry@ de Thomas Thomson,
de 1817. Este PLUTONIUM, va a coincidir con el bario, por lo que su nombre
no perdurará.