ENSEÑANZA DE LA FÍSICA Y LA QUÍMICA
LOS NUEVOS DESCENDIENTES DE LA
ITRÍA: LAS TIERRAS RARAS
Una vez descubiertos los primeros
elementos que habían surgido en aquel mineral de Ytterbi, al analizarlos y purificarlos se produjo la aparición de muchas especies parecidas entre
sí, hecho que provocó el descubrimiento
de efímeros metales en la segunda mitad del siglo XIX. Dicho en otras palabras,
los óxidos denominados TIERRAS RARAS, al mejorar las técnicas de
separación analítica y aislamiento, se comprobó que eran mezclas. El confusionismo va aumentar con
el intento de buscar los elementos que faltaban en la sistemática periódica,
lo que estimuló el aislamiento de nuevos metales, a partir de minerales
extraños o exóticos. El empleo del espectroscopio que tanto contribuyó al
descubrimiento de nuevos metales, coadyuvó a los errores producidos, ya
que cualquier diferencia en las rayas espectrales fue motivo para suponerla
debida a un nuevo elemento, sin tener en cuenta las posibles influencias
mutuas que pudieran surgir al tratarse de mezclas no separadas.
Los
primeros países suministradores de minerales raros fueron Suecia y Noruega,
después de los Urales y por fin de América del Norte. Pero la búsqueda de
nuevos elementos, necesitó de nuevas fuentes minerales de países exóticos,
y hubo que acudir a zonas inexploradas en aquella época, como determinadas partes de Siberia, el África trans sahariana, la isla de Borneo,
y las minas de Ceilán. Todos estos hechos contribuyeron a una proliferación
tan excesiva de metales y nuevos símbolos que hicieron que los textos y
los registros químicos de la segunda mitad del siglo XIX estuvieran en evolución
y reestructuración continua. De esta forma nacen elementos efímeros como
el KOSMIUM (Ko) y NEOKOSMIUM
(Nk) de Kosmann, el INCOGNITUM (Ic), el JUNONIUM (J) de Thomson,
el EUXENIUM (Ex) de Hoffmann, el MOSANDRIUM (M) de Smith.
Muchos de ellos no sólo se encontraron en la itría sino en la samarskita
y varias monacitas, en circonitas,
columbitas y tantalitas. Sólo trataremos de aquellos metales que aún perduran
o lo hicieron hasta la primera mitad del siglo XX.
Para comprender los errores producidos,
debemos tener en cuenta el procedimiento
seguido. Primero se aislaba o se intentaba aislar y purificar la mezcla,
separando en lo posible otros metales o elementos ya descubiertos en ese
mismo mineral ya que por lo general los nuevos metales se encontraban en
residuos de viejos minerales. Después, se procuraba estudiarlos espectroscópicamente.
Si su espectro no coincidía con alguno de los elementos metálicos registrados,
entonces se bautizaba, ya en función del mineral del que se extraía como
el EUXENIUM de la euxenita
[1]
, ya en función del propio nombre del descubridor, como
el caso del KOSMIUM, ya en honor de algún científico como en el MOSANDRIUM,
incluso los astronómicos en el JUNONIUM. Ahora bien cuando se fallaba
en el aislamiento, su espectro ya no correspondía a un metal sino a una
mezcla, y el problema va a surgir porque la mayoría de los metales extraídos
de la itría tienen unas propiedades tan parecidas que dificultaban extraordinariamente
su separación, en la mayoría de los casos por cristalización fraccionada. Por eso, muchos metales que se
han tenido como tales durante más de cincuenta años, no eran sino una mezcla
de dos o más elementos similares. Sólo con técnicas recientes de separación
por resinas de intercambio iónico se han podido separar las mezclas de tierras
raras o tierras de la itría.
Hemos mencionado que había tres minerales de partida íntimamente relacionados. Históricamente el primero fue
la itría y la cerita, después la samarskita, y dentro de las monacitas,
la euxenita. De esas primeras tierras, a través de diversos tratamientos
se obtuvieron los puntos de partida para el descubrimiento de los elementos que estudiaremos. Mosander había
conseguido en una precipitación fraccionada con amonio y ácido oxálico dividir
la itría en 3 fracciones, una itría decolorada, y dos bases débiles la ERBIA
y la TERBIA.
En 1878, usando un proceso de fusión
de nitratos, Marignac separó la ITERBIA incolora de la ERBIA roja;
al año siguiente de la iterbia, Nilson aisló la ESCANDIA, que no
era más que el óxido del eka boro de Mendeléev.
De la erbia roja que generaría el supuesto metal puro ERBIUM,
el sueco Teodoro Cleve, en 1879, o sea 36 años después de su descubrimiento
y bautizo, aisló dos nuevas tierras,
la HOLMIA y la THULIA, que
proporcionarían los metales, HOLMIUM y TULIUM, respectivamente.
El primero basándolo en el antiguo nombre latinizado de la capital sueca
Estocolmo, HOLMIA
[2]
, y el segundo, de THULE, nombre que
los latinos daban al extremo norte de la Tierra, y que arraigó en la Edad
Media, dando lugar a cuentos y fábulas
[3]
. Los geógrafos identificaron Thule con Escandinavia,
la tierra más al norte de la Europa conocida. A un resultado semejante y
en ese mismo año
[4]
, habían llegado los suizos Delafontaine y Soret,
nombrando al llamado Holmio, ELEMENTO X, y después PHILIPIUM (Ph),
que no perduró.
Otra tierra y otro metal que se
creía puro y que se desdoblará en nuevos elementos, es el antiguo DIDYMIUM,
procedente de la DIDYMIA, que sobrevivió nada menos que cuarenta
años al descubrimiento de Mosander. En 1878, Delafontaine, encontró en el
DIDYMIUM, dos rayas espectrales; había algo más que el didimio; llamará
al nuevo elemento DECIPIUM (Dc), procedente del latín decepio, engañar
[5]
. Y sería bien engañado, puesto que al año siguiente,
Lecoq demostró que era una mezcla. En 1882, Bohuslav Brauner, profesor de
la universidad de Praga sugirió que las rayas espectroscópicas de aquel
metal, correspondían a dos nuevos, puesto que obtuvo una banda de absorción
en el azul a 449D y otra amarilla a 590D, que deberían estar en las tierras que denominó
NEODIDYMIA y PRASEODIDYMIA, por lo que serían NEODYMIUM
y PRASEODYMIUM, una vez simplificado
el prefijo di, como era lógico. El
primero, procedente del griego con el sentido de "nuevo gemelo",
y el segundo también del griego PRASEOS, verde , por la raya verde
que también caracterizaba su espectro y por lo tanto sería el "gemelo
verde. Realmente estos metales puros se lograron separar más tarde pero,
el alemán Auer von Welsbach, que lo consiguió en 1885, empleando la cristalización
fraccionada de los nitratos dobles de amonio, mantuvo los nombres propuestos
por Brauner.
El HOLMIUM que se creía
puro tampoco lo era, y siete años más tarde de su denominación, el francés
Lecoq logró separar un nuevo metal, que en vez de denominar NEOHOLMIUM
siguiendo las tendencias de la época, lo bautiza con mentalidad latina,
recordando los trabajos que había sufrido en su separación como DYSPROSIUM
(Dy), del griego DISPREPES (δυσπρέπης,
inconveniente) que da DYSPRÓSITOS (δυσπρόσιτoς,
que se alcanza difícilmente, que tiene un comienzo difícil)
[6]
.
Después del DIDYMIUM, otro
de los falsos elementos que más han perdurado fue el MONIUM, encontrado
espectroscópicamente por el inglés Crookes en 1889 después de introducir
nuevos métodos de cristalización fraccionada. Crookes había adquirido fama,
a partir del descubrimiento espectroscópico de THALLIUM, y era el
presidente de la Asociación Británica para el progreso de las Ciencias.
En una comunicación a esta Academia, y después del examen de la banda espectroscópica
de la fracción aislada expone:
"Como este grupo de líneas
al final del espectro ultravioleta revela la existencia de una única sustancia, propongo como nombre del nuevo elemento,
MONIUM del griego MONOS (sólo, único)"
El nombre no perduró excesivamente
porque el propio Crookes lo cambió por VICTORIUM ante la posibilidad
de obtener determinadas prebendas de la reina Victoria de Inglaterra, que
efectivamente le nombra, a los 75 años, caballero del imperio británico.
Este nombre y símbolo continuarán hasta 1905, año en el que el francés Urbain
que en 1898 había introducido la técnica de cristalización fraccionada de
los etil sulfatos, la empleó para aislar perfectamente el DYSPROSIUM,
demostrando que sólo era una mezcla. Es curioso que el elemento VICTORIUM
que en Europa apenas si tuvo trascendencia, en Norteamérica conservó su
nombre y símbolo Vi, hasta 1973
[7]
, en competencia con el VIRGINIUM.
También en la samarskita
[8]
, van a surgir los mismos metales que en la itría,
entre ellos un DIDYMIUM impuro en cuyos residuos Lecoq aísla lo que
llamará SAMARIUM, elemento 62, con símbolo Sm, en función del mineral
en el que había aparecido. En ese mismo mineral, esta
vez procedente de América del Norte, Marignac había encontrado ya en 1880,
una nueva tierra que había llamado GADOLINIA, en la que separa el
óxido de un metal que faltaba en el grupo de tierras llamadas RARAS
[9]
; lo denomina GADOLINIUM (Gd), en
honor del descubridor de la itría, que será posteriormente el elemento 64.
Mas tarde, en 1892, Lecoq, en otro
de los minerales del grupo de la itría, una cerita, aísla otra tierra de
la que saldrá el elemento metálico menos abundante del grupo que curiosamente
va a ser el primero en recibir el nombre de un continente
[10]
: el EUROPIUM (Eu), elemento 63. El descubrimiento
de la EUROPIA, realizado en 1901, suele atribuirse al francés Demarçay que había introducido en el año anterior, una
variante en la cristalización fraccionada con el nitrato doble de magnesio.
Realmente el elemento sólo sería aislado en estado puro en 1904, por Urbain
después de cambiar de sistema de fraccionamiento.
La nueva técnica de Urbain, le
permite separar varias fracciones de la YTTERBIA (ITERBIA, en castellano);
a una la llama NEOYTTERBIA
y a la otra LUTECIA, que originarán los elementos respectivos NEOYTTERBIUM
y LUTECIUM nombres que derivan de la tierra original, siguiendo
los métodos clásicos. En aquella época siempre que se aislara un elemento
de otro ya registrado debería llevar el prefijo NEO. El LUTECIUM
procede del antiguo nombre galo de
la capital de Francia, Lutecia
[11]
; ambos nombres son de origen geográficos.
Sin embargo surge un problema,
simultáneamente a Urbain, el alemán Auer von Welsbach, también consigue
separar las fracciones del YTTERBIUM, pero a los metales respectivos
los bautiza como ALDEBARANIUM y CASSIOPEIUM
[12]
, nombres de constelaciones, que sin embargo
no prevalecerán
[13]
. Finalmente sólo conoceremos el YTTERBIUM
(Yt) que será el NEOYTTERBIUM, y el LUTECIUM (Lu), elementos
70 y 71 del sistema periódico, y que conoceremos como iterbio y lutecio
en español.
A lo largo de la investigación
sobre los nombres de las tierras raras, pudimos observar que aparte de los
procedimientos espectroscópicos, la clave para la aparición de nuevos elementos
de otros dados que no lo eran, fueron los diferentes métodos de separación
empleados. )Cómo se explicaría actualmente
dicha problemática que justificaría esos
errores?
Está claro que Mendeléev, no había
previsto la disposición de las tierras raras. Cuando editó en 1869 su tabla
periódica, elementos como el Ce, Th, U, etc. estaban encuadrados en los
diferentes grupos, en función de las combinaciones que efectuaban y de su
peso atómico. Así el Yt, Di y Er, estaban encuadrados en el grupo III, como
el aluminio. En la tabla del 72, el Ce, La y Th, en el IV como el Ti y el
Zr. Por lo tanto se intentaban separar en procedimientos empleados en los
minerales de su grupo. )Qué ocurre? Sencillamente que las
tierras raras corresponden a elementos cuyos electrones van entrando en
un orbital interno 4f, y por lo tanto dada la diferencia energética de los
niveles 4f, 5d y 6s, prácticamente sólo pueden perder 3 electrones, los
más externos, por lo que sus propiedades químicas serán muy parecidas, y
como su masa atómica tampoco se diferenciaba mucho (3 o 4 unidades como
máximo entre un elemento y el siguiente), no había forma de separarlos;
formaban los mismos tipos de compuestos, sus solubilidades eran idénticas
y presentaban los mismos potenciales redox. Salvo el Eu y el Yt, que producían
iones 2+ debido a su configuración estable con orbitales f semillenos
o completos, los demás son fundamentalmente trivalentes y algo divalentes.
Como se ha explicado, el orden
energético de llenado de los orbitales sigue la regla de Madelung-Klechkovskii
(regla n+l), y el electrón 57 debiera entrar en el orbital 4f (n=4, l=3),
sin embargo lo hace en el 5d (n=5, l=2), invirtiéndose el orden de llenado.
Este hecho se debe a la variación de la energía de los orbitales atómicos
producida por la del campo eléctrico en
función de la carga nuclear (número atómico) como se verá más tarde. Por
eso el LANTANUM (Z=57) es un elemento del grupo IIIB, esto es un
EKA ITRIO. A partir del número atómico 57, la energía de los orbitales
4f, es menor que la de los 5d, y vuelven a entrar sucesivamente en el 4f,
respetándose las leyes de Hund, y buscando la máxima estabilidad de orbitales
f semillenos (todos los spines desaparejados, máximo paramagnetismo).
Los elementos de las tierras
raras conocidos en esa época, quedarían así clasificados electrónicamente:
Z |
58 |
59 |
60 |
61 |
62 |
63 |
64 |
65 |
66 |
67 |
68 |
69 |
70 |
71 |
Nom- bre |
CE- RIO |
PRA- SEO-DIMIO |
NEO- DIMIO |
X |
SAMA-RIO |
EURO-PIO |
GADO-LINIO |
TER- BIO |
DIS-PRO- SIO |
HOL-MIO |
ER-BIO |
TU-LIO |
I-TER- BIO |
LU-TE- CIO |
Elec- trones exter. |
6s2 5d1 4f1 |
6s2 5d0 4f3 |
6s2 5d0 4f4 |
6s2 5d0 4f5 |
6s2 5d0 4f6 |
6s2 5d0 4f7 |
6s2 5d1 4f7 |
6s2 5d0 4f9 |
6s2 5d0 4f10 |
6s2 5d0 4f11 |
6s2 5d0 4f12 |
6s2 5d0 4f13 |
6s2 5d0 4f14 |
6s2 5d1 4f14 |
Solamente con el empleo de las
resinas de intercambio iónico (zeolitas), que agarran selectivamente a los
iones, se pudieron conseguir buenas separaciones entre los iones de estos elementos. Primero se absorben,
después se eluyen con un disolvente
que produzca complejos del tipo quelato con los iones y puesto que dentro
de las tierras raras aumenta la acidez de izquierda a derecha, podrán salir
de la columna de intercambio siguiendo un determinado orden, produciéndose una verdadera separación. Este
método lo comenzaron a poner en práctica Russell y Pearce en 1942.
De los cerca de 40 nombres atribuidos
a los metales del grupo de la itría, que abarca algunos más de los denominados
tierras raras, 19 son geográficos, que marcan la tónica dominante, aunque
deriven directamente del mineral del que se extraen. Sólo 8 hacen referencia
a sus propiedades, recibiendo su nombre del griego, 8 son honoríficos relacionándose
con las personas que los investigaron, y 4 son astronómicos.
Por lo tanto podemos clasificar
a todos los elementos que se descubrieron a partir de la itría y minerales
afines, que engloban no sólo a las tierras raras, sino a otros muchos, de
número atómico próximo a ellas, descubiertos a lo largo del siglo XIX, y
comienzos del XX, que reciben el nombre por regla general de la tierra u
óxido así denominados, solamente habrá que cambiar el sufijo (sólo los marcados
en negro en la tabla siguiente están
reconocidos como elementos químicos en la actualidad).
[1]
La euxenita, fue bautizada así por Scheerer, en 1840,
derivándola del griego, en el sentido de hospitalario, dado que debería
Aalbergar raros constituyentes@, procediendo de
la misma raíz que el elemento XENÓN.
[2]
El
HOLMIO, procede de HOLMIA, que lo hace de STOCKHOLM, ciudad edificada
en el siglo XIII, a partir de una pequeña fortificación hecha con estacas,
procedente del gótico STAKA, en una isla emergente del lago Malar. El
HOLM, que da nombre a nuestro elemento, procede del HOLMR, que en viejo
noruego significa isla en un lago, derivado de la idea de algo emergente
en una superficie llana; así en bajo germánico HOLM, es colina, mientras
que en viejo inglés es mar, y será padre del hill inglés.
[3]
La idea de Thulé o Thule, es la de un país muy lejano
y extraño, tal como aparece en la
novela de Cervantes, "Los trabajos de Pérsiles y Segismunda",
o en el "Fausto" de Goethe. Thule fue descrito por el viajero
griego del siglo IV aC, Piteas, como el punto más lejano de su viaje,
referido a una isla (posiblemente una de las Feroë). Deriva del griego
τλε, el
extremo, lejos, siendo τέλoς, el fin. Algo semejante al Finisterre, o sea el
fin de la tierra conocida. Esta
idea de elemento alejado fue la que motivó su nombre.
[4]
Lo publican en el Comtes Rendus, de 29 de abril de
1878, y 15 de septiembre de 1879.
[5]
Este término latino contiene la raíz del deceit y deceive,
inglés; decepción, castellano y déception, francés, entre otros.
[6] La otra aceptación posible: duro, o endurecer, no parece posible dadas las características del metal.
[7]
Así aparece en
la sexta edición del libro de registro
de conferencias del Congreso, de 1973.
[8]
El nombre lo recibe de V.E. Samarskii-Bykhovets, oficial
de minas ruso que lo registró.
[9]
De acuerdo con Goldschmidt,
el nombre de tierras raras ("rare-earth"), no fue muy afortunado
porque primero cuando se creó la mayoría de los elementos incluidos no
eran tales, y después cuando se aislaron, no eran tan escasos o raros
como pudiera parecer. También han sido propuestos los términos de tierras
pesadas, medias y ligeras para las diversas fracciones, en función de
las técnicas de fraccionamiento.
[10]
El nombre de EUROPIUM,
que procede de Europa, lo hace a su vez, del nombre griego dado por los
helenos a la parte geográfica situada al oeste del mar Egeo, mientras
que Asia era la parte este. Ambos
términos proceden del semita Ereb y
Assu. La raíz *erb, semita, tiene el sentido de oscurecer, y se refiere
a la zona por donde oscurece, o sea el oeste. Aparece en asirio como erpu
(nube que quita la luz), y erpitu (que oscurece), e incluso en griego
como Ðρnvη (el fin
de la Tierra, las tinieblas). En el mismo sentido tenemos el hebreo ~rab, el sirio >erab, el etíope
>arab, y el acadio
erbu. La raíz Aus,
que también aparece en el oro, es indoeuropea y semítica, con relación
a la zona por donde sale el sol, el usas, sánscrito (luz temprana), con
el mismo sentido está el semita auru, y el hebreo or.
[11]
El LUTECIUM, deriva
de la Lutetia parisorum de los romanos que era la isla del río Sequana
(actual Sena), donde habitaba la tribu gala de los Parisii, que posteriormente dará nombre a otro seudo elemento químico.
[12]
Lo publica en el
Lieben Festschrift, en 1906, atribuyendo el nombre de ALDEBARANIUM, al
elemento de peso atómico 172, 90 , y CASSIOPEIUM
al de peso atómico 174,23. Palabras tomadas de constelaciones, originalmente
procedentes del árabe. La constelación de Aldebarán sigue a las Pléyades,
por eso su nombre; el árabe aldebarán es el que sigue.
[13]
Mientras la Comisión
Internacional de Pesos Atómicos, acepta y homologa los nombres de NEOYTTERBIUM
y LUTECIUM, propuestos por Urbain (no olvidemos que era miembro
de dicha Comisión), la Comisión alemana, atribuye la prioridad a Auer
von Welsbach, ya que el único constituyente del YTTERBIUM de Marignac,
debería seguir con este nombre (tenía un 90% en iterbio), mientras que
el LUTECIUM, debería ser CASSIOPEIUM.