ENSEÑANZA DE LA FÍSICA Y LA QUÍMICA
LOS METALES NÓRDICOS: TORIO, LANTANO
Y DIDIMO
Berzelius, había destinado el nombre de THORIUM
(en honor del dios escandinavo de la guerra THOR), al primer elemento
que descubriera. Después del fallo en la investigación del CERIUM posiblemente
debido a sus ímpetus juveniles, trabajando en 1815 con una gadolinita procedente
de Koroufvet pretende haber encontrado algo diferente, sin embargo escarmentado
por el fracaso anterior, continúa investigando sin publicarlo, sobre la
composición de nuevos minerales suecos. Por fin publica en un periódico
que tenía junto con Hisinger, que estudiados nueve minerales del pueblo
de Fahlun (Suecia), en dos de ellos aparecía una nueva tierra a la que por
fin bautiza con el nombre de THORINE, nombre objeto de muchas críticas por parte del alemán
Gilbert, debido al sufijo empleado, que propone como mucho más adecuado
el de THORINA o incluso THORA, por analogía con la SILICA,
ALUMINA, y MAGNESIA. Posteriormente, el propio Berzelius demostrará
y dirá:"La sustancia que he descrito con el nombre de THORINE,
no es otra cosa que un subfosfato de Yttria", tierra descubierta
en aquella zona.
Este mineral será llamado después
por el francés Seudant, XENOTIME, derivado del griego XENOS
(χεvός, vano) y TIME (τιμή,
honor), por el efímero honor que había conseguido Berzelius con ella. Sin
embargo la constancia en la investigación
había de tener éxito, y por fin en 1828, puede poner el nombre de THORIUM
al elemento aislado de su THORINE
[1]
, a partir
de su silicato que transforma primero en fluoruro y al que reduce con potasio.
El thorium obtenido era extremadamente impuro.
Dos años antes, Wöhler, el científico
alemán que tantas veces había rozado la gloria de descubrir elementos, también
encontraría otro en un mineral noruego, conocido como pirocloro, pero no
tenía cantidad suficiente, para comprobar su descubrimiento. En 1832, en
una expedición a Siberia, Humboldt encuentra más cantidad de mineral, que
envía a Wöhler. Retoma sus experimentos y vuelve a encontrar al elemento
que identifica con el thorium de Berzelius. Llegó tarde a él tal como le
había ocurrido con el vanadium. Posiblemente si lo publicara en 1826, el
nombre del THORIUM, sería PIROCLORIUM.
Hasta mayo de 1914, no se obtendrá
el thorium puro. Lo consiguen Lely y Hamburger, destilando sodio y cloruro
de torio (IV), a vacío. Como se puede observar, es otro elemento aislado
con la ayuda de los alcalinos, aunque también se puede emplear la electrólisis
ígnea de una mezcla de tetracloruro de torio, cloruro sódico y cloruro potásico,
para aislarlo, pero menos puro.
Del THORIUM, derivará el
español TORIO, el símbolo
Th, y las demás denominaciones.
El LANTANO fue descubierto
simultáneamente por dos químicos en 1839. Mosander, discípulo de Berzelius,
analizando una monacita, mineral de CERIO. Calentó nitrato de cerio
y la sal descompuesta la extrajo con nítrico diluido, quedando un residuo
insoluble. La parte soluble con propiedades diferentes, enmascaraba una nueva tierra que denomina
LANTHANA, derivada del griego LANTHANO (λαvθάvω,
lugar oculto y olvidado) y LANTHANOMAI (λαvθάvoμαι,
algo que se olvida). Por otra parte Erdmann también la encuentra en un mineral
noruego, bautizándola como MOSANDRITA en honor a Mosander. Los elementos
base de dichas tierras serían respectivamente, el LANTHANUM o MOSANDRITUM.
Mosander declina este honor, por lo que va a permanecer el primero que originará
los nombres del metal en todos los idiomas. Pero la génesis del nombre no
fue tan fácil, porque Mosander no quiso aventurarse sin comprobarlo repetidamente
e intentar aislar el elemento ante la desesperación de su amigo Berzelius,
que fue el que sugirió su nombre
[2]
.
Continuando la investigación con el mismo mineral, Mosander
trató nuevamente la lantana con ácido nítrico, obteniendo un óxido
de color rosa, color que parecía indicar la existencia de otro elemento
muy parecido al anterior, y que sólo se encontraba con él (no aparecía
en otros minerales). Por eso lo que llama DIDYMIUM derivado del griego
DIDYMOS (δίδυμoς, doble, gemelo), con
símbolo Di
[3]
. No mucho más tarde se verá que éste elemento no
era uno sólo, sino una mezcla de varios. En alemán el didymiun se escribía
didym, lo cual sonaba muy mal, parecía una palabra pronunciada por un niño
pequeño, y Wöhler se opuso al nombre. Sólo gracias al apoyo e impulso de
Berzelius, se mantuvo
[4]
, puesto que Mosander lo había empleado muy justificadamente.
Realmente el didymium, va a ser
DIDYMIA, esto es una nueva tierra de la que surgirán nuevos elementos químicos,
reproduciéndose lo que había ocurrido con la CERITA, y posteriormente con
la LANTHANA
[5]
. Será una constante para los nuevos elementos conocidos
como TIERRAS RARAS. De todas formas y por el momento, los nombres dados
a esas tierras, producirán los españoles, lantano y didimio.
[1]
El mismo Berzelius, habla de
la verdadera thorina: "El mineral sobre el que he llevado los
siguientes experimentos se encuentra en la sienita, en la isla de Lövö,
cerca de Brevig, Noruega. Lo descubrió el pastor Esmarck, hijo de Jens
Esmarck, famoso profesor de la universidad de Cristianía. Me ha mandado
una muestra, rogándome que la examine, pues a causa de su alto peso específico
cree que es una tierra de tantalio. El mineral es negro sin ningún vestigio
de forma o textura cristalina y tiene el mismo aspecto de la gadolinita
de Ytterby; a veces presenta en su exterior un fino depósito superficial
de color herrumbre".
[2]
Hay dos cartas de Berzelius a Wöhler, que nos dan la
pista de como estaban las investigaciones sobre el lantano. En la del
1/02/1839, decía: "Se ha confirmado plenamente el descubrimiento
de la nueva tierra. Cuando enseñé a Mosander el pequeño ejemplar de Erdmann,
me anunció que también él había encontrado algo nuevo en la cerita. Mosander
no quiso decirme como pensaba nombrar a su nueva tierra". En
la del 12/02/1839, exponía: "Mosander parece inclinado a aceptar
mi sugerencia de llamar al elemento LANTHANUM, y al óxido, LANTHANERDE
o LANTHANA". Sin embargo todavía en 1842, Mosander no había publicado
nada sobre el lanthanum.
[3]
Así aparece en los primeros sistemas periódicos tal
como en el de Mendeléev. El didymos griego, deriva de la raíz indoeuropea
*dwo (dos), que generará tanto el prefijo di, como el bis, tan empleados
en la nomenclatura química.
[4]
Para convencerlo,
Berzelius tuvo que enviar a Wöhler, una relación de nombres orgánicos
que sonaban tan mal como el didym, pero que habitualmente se usaban. Le
decía: "Mi querido amigo, a mi no me gusta nada este nombre, y
no obstante ni deseo ni puedo rogar a Mosander que lo cambie cuando ya
lo ha anunciado públicamente. Usted no comprende bien a nuestro amigo
"Padre Moses". No acepta sugerencias de nadie. Proponerle que
cambie un nombre dado por él sería una ofensa que no perdonaría fácilmente,
y además no lo cambiaría. Buscó intencionadamente un nombre que empezara
con D, para tener un símbolo diferente del de los demás metales".
[5]
En castellano serán respectivamente
la lantana y la didimia.