ENSEÑANZA DE LA FÍSICA Y LA QUÍMICA |
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sección:
ORÍGENES |
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EL
ORIGEN DEL NOMBRE DE CARBONO Y LA ACTIVIDAD HUMANA
El carbono es la forma elemental más antigua conocida por
el hombre por formar parte de él y de toda la materia orgánica. Sin
embargo dicho nombre que deriva de carbón, se aplicó única y exclusivamente
al de origen vegetal, esto es al carbón producido por la combustión
de la madera. Por lo tanto a la hora de datar su primer uso tenemos que relacionarlo
con el comienzo de los procesos metalúrgicos en los cuales tomó parte
como elemento reductor. En la Biblia se menciona repetidas veces en
los primeros libros del antiguo testamento, tanto el carbón normal (carbón vegetal) como el diamante, sin
que hubiera conexión alguna entre ellos como parece lógico, dado su disparidad externa y en sus
aplicaciones; el hombre de aquellas civilizaciones no podía relacionar
el producto extraído de la combustión de la madera con una piedra preciosa.
También en los escritos de los
vedas se hace referencia al diamante. Teofrasto (IV a.C.) habla del carbón fósil, como ANTRAKON (vθράχωv),
que podrá sustituir al carbón vegetal y que posteriormente su raíz,
dará nombre a numerosos compuestos orgánicos.
EL ORIGEN DEL NOMBRE Y SUS RELACIONES
El CARBO, CARBONIS latino que determinará la denominación
de este elemento en las lenguas romances, español, portugués, francés,
italiano y rumano, fue aplicado por Plinio en su Historia Natural, al carbón de madera,
al mismo tiempo que explicaba su obtención en los pueblos primitivos
a partir de troncos de madera seca, apilados en fosas artificiales o
en pequeñas hondonadas del terreno tapadas con hojas y ramas sobre las
que situaban tierra.
Dado que la primera utilización del carbón de madera fue para
calentar los hornos metalúrgicos y así fundir metales, operación previa
a su empleo como reductor, las raíces comunes al calor y al fuego caracterizarán
el nombre del carbón en bastantes lenguas primitivas, procedentes del
indoeuropeo. La conexión de ideas que permitirán relacionar al carbón,
incluso con otros elementos es:
BONITO NEGRO/OSCURO
CARBÓN QUEMAR FUEGO
ROJO/AMARILLO
ORO BRASA
CALOR RELACIÓN DEL CARBÓN CON EL FUEGO
Y SUS MANIFESTACIONES ADJUNTAS En gótico HAURI, hace referencia al carbón vegetal,
que en viejo islandés es HYRR.
En alto alemán HERO, significa quemar. En lituano, carbón es
KURIU, mientras que KURTI, significa hacer fuego, KURITI,
calentar; KULETI, arder, y KARŠTAS es caliente. En ruso,
humo es KURITI, tal como en checoslovaco mientras que en polaco
y en bohemio es KURZYC y KOURITI respectivamente. En ruso
calor es ðAR y ðARIT, mientras que en polaco ðARÞ es quemar, y en checoslovaco ðERAVU significa resplandeciente. En
letón SARKS es rojo, y en lituano es SARTAS. También
ligado a la belleza del fuego y su color rojo tenemos que en serbocroata
belleza es KRASAN, mientras
que el rojo púrpura es RMAN. En checoslovaco KRASA, es belleza,
que en bohemio es KRÁSNY, y en ruso KRASNYJ, todo ello
derivado del sánscrito ÇRIRA, que en avéstico era SRIRA,
lo cual producirá el griego KREION (κρειωv).
Como podemos apreciar todas las raíces están directamente relacionadas.
En griego, la raíz KAIO (καιω), determina
múltiples conceptos con relación al calor, a la llama y a lo ardiente:
KAUMA (καυμα, calor ardiente); KAUSIMOS
(καυσιμoς, combustible), de ella
derivará el español cáustico (que quema) o cauterizar. Incluso KALON
(καλov), significa madera para quemar y
KAIOMAI (καιoμαι), luz por
sí misma. En el mismo sentido tenemos los términos derivados del sánscrito
KVEL y JVEL, arder y JVALA llama, que
en letón aparece como ZVERS, relacionados a través del
color amarillo característico del fuego, con el oro. También aparecen conceptos similares en viejo
irlandés: GUAL y GLOW.
La transformación de KVEL a KOAL, es perfectamente explicable
y admisible y de esta raíz, surgirá el viejo alemán KOL, igual
que en viejo noruego, mientras que en viejo prusiano sería KOLO,
que producirán la denominación alemana actual de KOHLE, y su
transformación en KOHLENSTOFF (materia del carbón), que dará
el holandés KOOLSTOF, así como el inglés actual COAL.
En euskera es IKATZ, relacionada con la raíz semita Kr*,
que da lugar a términos que desde el hebreo y arameo
hasta el asirio y el etíope, relacionan ideas de calor, horno, fogón,
carbón etc.
En griego en cambio es ÁNTHRAX, (vθραξ) de la
raíz ANTRAKON (vθράχωv),
ya mencionada, al parecer derivada del armenio ANT=-EL, en el sentido de carbón ardiente,
brasa y que se ha empleado en griego y en latín tal como en español
para determinar el color negro, lejos del sentido original.
En chino, el ideograma representativo del carbón/carbono, va
precedido del símbolo de roca o piedra, a diferencia de los metales;
fonéticamente será T'AN. Significaría
roca para hacer fuego.
En japonés será SUMI, mientras que en árabe se conoce
como FAHMUN, derivado del acadio PENTU, similares
al hebreo PEHAM, el sirio PAHMA y el etíope FEHM.
También existe en árabe el término GAUNAT, para el carbón, posiblemente
derivado del acadio AGANNU, y
emparentado con el árabe AGGA, quemar, con el sánscrito
AGNI , fuego y con el latín IGNIS
con el mismo sentido. RELACIÓN CON LAS RAMAS
Y SU OBTENCIÓN
Todavía se podría establecer una relación más compleja, haciendo
derivar el CREMO del griego ACREMON (ακρεμωv),
término aplicable a las ramas altas de los arbustos y árboles. En este
caso CARBO, no procedería de las propiedades del carbón sino
de su procedimiento de obtención.
La raíz CARB, también está relacionada con muchas formas
dialectales ibéricas, siempre con la idea de ramaje y arbusto. Así en
salmantino CARBA es matorral. En vascuence KARBAZA es
tronco, tallo de arbusto. En galaico portugués, el CARVALHO,
es el roble, y aunque este árbol no fue empleado como madera en la obtención
del carbón vegetal, su ramaje sí fue utilizado. RELACIÓN CON LOS RESIDUOS
DE QUEMAR
Creemos que en el CARBO
latino debe darse la misma relación
que en las otras lenguas y que deberá buscarse su origen en su
propiedad de calentar, producir calor y hacer arder. Existe una tendencia
que hace derivar el CARBO, del CREMO osco umbrío, quemar,
producir residuos por combustión, sin embargo los latinos no usaban
la cremación, aunque sí lo hacían los pueblos limítrofes, como
lo demuestran las excavaciones del monte Albano, del siglo X
a.C. por eso dicha palabra no debe ser mediterránea
ni itálica, pues aunque en Etruria existían minas de cobre y hierro,
las zonas mineras más importantes estaban al norte de Italia.
Opinamos, por lo tanto
que deberá proceder del norte, pese a la
existencia de la forma dialectal latina GREMIA que se
aplicaba a las brasas de la madera
al quemarse. De todas formas sería difícil de explicar la desaparición
de la r, según reconoce Corominas, aunque también pudiera suceder que
la r no existiera en la raíz original, o que lo hiciera de la misma
forma que el tremo latino proporcionó el temblar castellano. De todas
formas la metátesis de KER, a CRE, parecería el paso más
lógico para justificar un origen desde el indoeuropeo, por las voces
noritálicas, hasta el latín. Es evidente que en el desarrollo de las
ideas relacionadas según se ha expuesto, en las diferentes lenguas aparece
perfectamente establecida la pérdida de la r. LOS NOMBRES DEL CARBONO
EN LAS LENGUAS ROMANCE Del latín CARBO, deriva
el español CARBONO, que aparece por primera vez escrito así en
Berceo, el portugués CARVÃO, el francés CARBONE, el
ingles, galés y danés CARBON, el italiano CARBONIO entre
otros. También existe una modificación dialectal vasco francés, como
GARMU. ¿UN ORIGEN REMOTO DEL CARBÓN-CARBONO? En acadio se usaba el término KABABU,
para designar el calentamiento con fuego y en las antiguas lenguas mesopotámicas,
existe la palabra KU-BU,
que empleaban todos los metalúrgicos cuando el mineral estaba en el
horno. Desde el punto de vista de la alquimia babilónica, se tradujo
por embrión, haciendo ver que los minerales eran embriones salidos de
la tierra, sin embargo existen opiniones que se dirigen a la creencia
que se trataba de algo, una especie de demonios, que invocaban y simbolizaban,
que favorecían la fusión del mineral y la obtención del metal. Naturalmente
si analizamos este concepto desde el punto de vista químico, podríamos
identificar estos demonios representados por el negro carbón que reducía
el mineral para producir el metal).Sería el KU-BU babilónico
el antecesor del carbón? En unos textos sumerios
del tercer período de Ur, refiriéndose a la metalurgia de la plata,
aparece la fraseA...comida por el fuego@, como IZI-KÛ-BI. La expresión
dicha, podríamos leerla químicamente, como Areducida por el fuego@, y está claro que en ese fuego
el papel del carbono o carbón era esencial. Ahí tenemos otra confirmación
de la posible homologación del KU-BU o KÛ-BI, mesopotámico
al carbón o carbono que produce el fuego necesario para el proceso.
ORIGEN QUÍMICO DEL NOMBRE
Después de lo desarrollado, podemos inferior que si el carbón
no ardiera, no se llamaría carbón en ninguna lengua, y que es la combustión o la reducción, las reacciones
químicas que motivarán su nombre. |
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