ENSEÑANZA DE LA FÍSICA Y LA QUÍMICA
UN METAL CON MUCHO COLOR: EL CROMO
En la Europa de mediados del XVIII,
había llamado la atención un mineral procedente de unas minas de plomo situadas
en Siberia. Lehmann, director del Real Museo de San Petersburgo, comisionado
por Catalina II de Rusia, lo estudia en 1766 y por su brillante coloración
rojo transparente
[1]
lo llama PLOMO ROJO DE SIBERIA. En 1770,
lo describe de forma similar Pallas, académico de San Petersburgo, quien
lo redescubre en la mina Beryosovsk, en los Urales
[2]
. Vauquelin y Malquart, lo analizan en París
y no le dan en principio importancia, pues según ellos estaba compuesto
por dióxido de plomo, hierro y aluminio, y por lo tanto no aportaba nada
nuevo al mundo de la Química, salvo el color que producía la mezcla de metales.
Sin embargo Bindheim en Moscú, discrepa de ellos, pues había encontrado
en el mismo mineral, el ácido molíbdico que recientemente había descubierto
y aislado Scheele, junto con níquel, cobalto y cobre. Vistas las diferencias,
Vauquelin en 1797 repite con más cuidado los análisis, fundiendo el mineral
con carbonato potásico, consiguiendo carbonato
de plomo y la sal potásica de un ácido desconocido, diferente del molíbdico,
que tratado por sales mercúricas producía un precipitado rojizo. Un año
después, trabajando con este compuesto, consigue el óxido que por reducción
produjo un metal nuevo, cuyas características no correspondían a ningún
otro conocido. No lo bautiza él sino sus colegas y amigos, el mineralogista
Haüy y su antiguo profesor Fourcroy. Lo llaman CROMIUN o CHROMIUM, que en latín significaba color,
tomado a su vez del griego CROS y CREAS (κρέας,
carne
[3]
). El CHROMIUM va a originar todas las
denominaciones del metal; el castellano CROMO, el inglés CHROMIUM,
el alemán CROM, así como el símbolo Cr del sistema periódico.
)Por qué los compuestos de cromo
eran tan fuertemente coloreados?
Aunque ya se aclaró y justificó
el tema del color en los metales, vamos a desarrollarlo más profundamente
en sus combinaciones químicas, no sólo para el cromo, sino aplicándolo a
metales que se aislarán posteriormente y cuyos nombres parten de los mismos
orígenes.
El color de un ión metálico es
el complementario del correspondiente a la energía luminosa que absorbe.
)En qué emplea la energía luminosa
que puede absorber? Normalmente en tránsitos d-d,
esto es, los electrones al recibir esta energía saltan del orbital d en
el que se encuentran a otro vacío, ello implica que estos orbitales, inicialmente
degenerados (tenían la misma energía) en función de los elementos o grupos
con los que se combine (ligandos) y de su número (forman lo que se llama
un complejo, por lo general en toda su química en medio acuoso), se desdoblan
en niveles energéticos. En el caso del cromo y de muchos elementos de su
familia, el número de grupos capaz de rodearle es de 6, y el desdoblamiento
de los 5 orbitales d, se produce en
virtud de la colocación espacial de los ligandos, por lo general lo más
separados posible (el rodearse de 6, implica una disposición octaédrica).
Este desdoblamiento se realiza
en dos niveles, uno formado por orbitales denominados t2g que
no interaccionan fácilmente, para formar los orbitales moleculares, y el
otro que integra los eg que sí lo hace. La formación de orbitales
moleculares (OM) por combinación lineal de los de los ligandos (GOL, grupo
de orbitales de los ligandos), implica 6 OM enlazantes de menor energía,
y otros 6 OM antienlazantes de mayor. Cada ligando suele aportar un par
de electrones (en el caso del agua, uno de los no enlazantes del oxígeno),
con lo cual se completan los 6 OM enlazantes. Quedan por lo tanto los electrones
que disponía el ión metálico en sus orbitales t2g, que resultará
el orbital ocupado de mayor energía (H.O.M.O.), y que al recibir energía
se trasladarían al primer orbital antienlazante, (L.U.M.O. orbital molecular
desocupado de menor energía), en este caso el (eg)* (el
asterisco indica el carácter antienlazante).
Cuanto mayor sea la diferencia energética entre
el orbital t2g y el (eg)*, mayor
energía absorberán y el ion metálico presentará un color determinado.
)De qué depende la diferencia energética?
La diferencia energética depende,
del propio metal y de su situación en la tabla periódica, o sea del nivel
en el que se encuentran los electrones d. Un ión metálico en 4d, absorbe
de un 40 a un 50% más que un 3d, y un 5d, un 20% más que un 4d. Esta diferencia
generalmente aumenta de izquierda a derecha en la ordenación de elementos,
y sobre todo con la carga del ión metálico. También depende del grupo o
grupos con los que interactue. En 1938, Tschusida, ordenó a estos grupos
según dicha interacción, en lo que denominó serie espectroquímica, precisamente
por la influencia que tendría en el color del compuesto. Ésta integra desde
el ión ioduro I-, el que producía el menor desdoblamiento y los
restantes halogenuros, pasando por el agua y el amoníaco, hasta aquellos
que lo producían mayor como el grupo ciano (CN)- , o el carbonilo
CO.
La energía también puede modificarse
por la transferencia de electrones ya sea del metal a orbitales π de
los ligandos (retrodonaciones), y en este caso al tener menos energía los
t2g del metal, la diferencia con los (eg)*
aumenta, o al contrario, si son los ligandos los que transfieren electrones
π de sus orbitales antienlazantes, a los d del metal, en cuyo caso
tendrán más energía los t2g del metal (reciben carga), la diferencia
con los (eg)* disminuye. Estas transferencias de carga
provocan por lo general colores más intensos que los simples saltos t2g
- (eg)*, y grandes variaciones energéticas entre el
H.O.M.O. y el L.U.M.O.
La diferencia energética, representada
por Δ (el símbolo de incremento), o por 10Dd (diferencia de desdoblamiento)
no sólo se traduce en un color, sino también en una modificación de las
características magnéticas. Si es grande, los electrones d tienen a aparejarse
con lo cual, si su número es par
y menor que 6, es diamagnético (complejo de bajo spin), como ocurre con
los metales 4d y 5d y si es pequeño, podrán entrar desaparejados, produciéndose
el paramagnetismo
[4]
(complejo de alto spin).
Jørgensen, en su tesis doctoral
de 1964, consiguió tabular estas diferencias energéticas, disponiéndolas
en función de dos parámetros: el f sin unidades, que dependía del ligando
(referido al agua, como valor unitario), y el g, que dependía del ion metálico,
en cm-1.10-3. Para el Cr3+, g= 17,4 y para el agua f=1, por lo que Δ = 17000
cm-1 que sería la energía capaz de absorber. Según el cuadro
de colores:
Su color será amarillo. En el Cr6+,
al aumentar la carga también lo hace la energía, llegando Δ a 22000
cm-1, con color rojizo pasando por el anaranjado.
Pues bien, el PLOMO ROJO DE
SIBERIA, no era más que cromato de plomo PbCrO4, de ahí el
color rojizo, que pasaba a amarillo al ser tratado con carbonato potásico.
Por otra parte el óxido que se obtuvo por reducción era verde (el oxígeno
disminuye Δ, al trasladar electrones de sus orbitales no enlazantes).
Todos estos efectos que implicaban cambios de colores, motivaron el nombre
de CROMIUM, dado por Haüy y Fourcroy a este elemento. Realmente no
eran debidos a él sino a los diferentes iones de sus combinaciones químicas.
[1]
La descripción del mineral se la
hace por carta a Buffon, en 1766.
En ella se indica, que debido a las coloraciones de sus compuestos, podría tratarse
de "un plomo mineralizado con un espato selenítico y partículas
de hierro". Moriría al año siguiente, debido a una explosión
en el laboratorio al obtener un compuesto de arsénico.
[2]
Decía Pallas: "Ese mineral
de plomo puede tener distintos colores, pero con más frecuencia tiene
el del cinabrio. Los cristales del mineral pesado, que tienen forma
de pirámides irregulares, se esparcen en el cuarzo a la manera de pequeños
rubís".
[3]
El griego κρας,
procede de la raíz indoeuropea kreud y krewd, y está emparentado con
el color, con referencia al sanguinolento de la carne cruda, que en
sánscrito era kravís.
[4]
Los términos diamagnético (oposición
al magnetismo) y paramagnético (lo contrario a diamagnetismo), así como
dieléctrico, derivados del griego, fueron creados por Faraday con ayuda
de su amigo, el escritor Whewell, que sí sabía griego, aunque no física.