ENSEÑANZA DE LA FÍSICA Y LA QUÍMICA
EL URANIO: UN METAL FUERA DE ÉPOCA,
Y SUS COMPAÑEROS : NEPTUNIO Y PLUTONIO
En el entorno de la zona de las
mina de Joachimsthal en Bohemia, se conocía una serie de minerales raros,
con diferentes nombres, según quien los catalogara; muchos de ellos eran
un desperdicio y se tiraban como gangas inservibles en la extracción de
otros. Uno de ellos fue llamado por Brückmann, en 1727, como "yacimiento
de mineral negro". Wallerius en 1747, lo denomina BECKBLENDE, clasificándolo como un mineral de cinc, y lo
describe como una blenda de cinc ennegrecida; de
ahí el nombre. Once años mas tarde, en la primera clasificación seria de
los minerales hecha por el sueco Cronstedt, lo denomina BLENDA NEGRA, indicando
que en Alemania, se le conocía desde muy antiguo como PECHBLENDA, derivado de PECH pez
(betún), con el significado de negro, y BLENDA el conocido mineral
de cinc; por lo tanto era como una blenda negra, que en aquel tiempo se
creía compuesta de hierro y cinc, por eso su color era negro. Von Born
en 1772 y Brücnnich en 1777, lo clasifican como mineral de cinc,
mientras que Werner en 1789, mantiene que por su fractura, dureza y densidad,
deberá tratarse de un mineral de hierro, denominándolo EISENPECHERZ
(hierro embetunado), aunque admite que quizá el hierro pueda estar combinado a través de un Atungstato@.
Pues bien, en 1789, nuestro viejo
conocido Klaproth, analizaba una Pechblenda extraída
de las minas bohemias de Joachimsthal, que hicieron famoso a Agrícola, dos siglos antes. Al tratarlo
con ácido nítrico (HNO3) y luego con potasa (KOH), obtuvo un
residuo amarillo
[1]
que no correspondía a cualquier compuesto de
cinc, hierro o tungsteno, por lo que creyó sería el óxido
de un metal desconocido. Por ello le aplica el tratamiento reductor de todos
los óxidos para aislar el metal. Lo reduce con carbón, y obtiene por fin
un polvillo negro, disponiéndose a bautizarlo. Aficionado a la astronomía
y amigo personal del astrónomo Herschel, que había descubierto un planeta
nuevo unos años antes, en 1781, decide poner el nombre de dicho planeta
[2]
al mineral, y así será la URANITA; por
eso al metal que de él se obtiene, se le conocerá como URANIUM, que
dará el URANIO español, iniciándose aquí la nomenclatura astronómica
de los elementos químicos.
Todos los nombres en los diferentes
idiomas corresponden a URANIUM, o sus derivaciones, aunque su símbolo que ahora es U, fue anteriormente
Ur. En japonés para nombrarlo emplean un sistema de traslado fonético abreviado
(toman la primera sílaba) del alemán al japonés, introduciendo el radical
metal en los ideogramas representativos. Así el Ur de uranium, lo leen como
YU, y los dos ideogramas, interpretan al radical metal, precediendo
al fonético del elemento. En chino, actualmente lo han modificado hasta
YIU.
El uranio no servía para nada ni se le encontraba ninguna
aplicación; ni siquiera era inerte a los ácidos, como el platino, que se emplearía por ello para
confeccionar material de laboratorio. En las minas de Joachimsthal se amontonaba
la pechblenda en verdaderos terraplenes, sin encontrar quien se la llevara
de allí. Cien años más tarde abriría las puertas a la energía nuclear. Por
eso decimos que se adelantó a su época.
)Por qué a finales del siglo XVIII,
no tenía utilidad el uranio?
Cada metal y cada elemento químico,
tenía su campo de aplicaciones. Las metalúrgicas estaban acaparadas por
el hierro, el cobre y el estaño. Las monetarias y de decoración, por el
oro, la plata, el cobre y el cinc (latones). Las médicas por el magnesio,
antimonio, azufre, e incluso mercurio y arsénico combinados con los compuestos
orgánicos necesarios. Las pictóricas, por el plomo, el hierro, el manganeso
[3]
, el cadmio y el cobalto. Las químicas para obtener otros
metales, con los electroquímicos. No se habían creado los aceros ni los
aceros especiales (la edad del acero comenzará en la segunda mitad del siglo
XIX). No había nuevos usos. Por lo tanto no es de extrañar que algunos de
los metales existentes en la Tierra más caros del siglo XX; el uranio
y el platino , apenas lo tuvieran ciento cincuenta años antes y prácticamente
fueran menospreciados.
Realmente Klaproth no había obtenido el uranio , sino su óxido. El verdadero uranio
sería aislado en 1841, por el francés Peligot. El metal compacto en forma de
lingote fundido, fue obtenido por primera vez por Moissan en mayo de 1896, utilizando un horno eléctrico
inventado por él para obtener temperaturas más altas. Pues bien, este primer
lingote se lo regaló a su amigo Becquerel , y en él descubriría la radiactividad,
abriendo un nuevo camino en el desarrollo de la humanidad.
La investigación sobre los nuevos
metales comienza a partir del descubrimiento de la radiactividad artificial
por el matrimonio Federico Joliot e Irene Curie, la hija de María, en 1934. Lo
que aquellos lograron con los núcleos ligeros pretende conseguirlo Enrico
Fermi , profesor de Física Teórica de
la Universidad de Roma, junto con su equipo formado por los científicos
Segré y Amaldi , con los pesados. Para ello ya
que no dispone de los poderosos aceleradores de partículas norteamericanos
para superar el rechazo de los núcleos
pesados con su gran carga positiva, deberá emplear la partícula sin carga,
descubierta dos años antes y de forma independiente por Chadwick y los
Joliot-Curie. Curiosamente comprueba que la reacción se activa cuando el
conjunto irradiado se protegía con plomo, o cerca de la fuente neutrónica
existía parafina o agua.
El análisis de esas circunstancias
le permite demostrar que los neutrones resultaban frenados por el plomo,
el agua o la parafina aumentando la probabilidad de su captura por los núcleos;
habían nacido los neutrones térmicos o lentos
[4]
. En junio de 1934 publica en la revista Nature,
los primeros resultados del bombardeo neutrónico del uranio 92, el elemento
más pesado que existía. El trabajo "Posible producción de elementos
de número atómico superior al 92", será un clásico en el descubrimiento
de nuevos metales. En el bombardeo con esos neutrones aparecía una actividad
radiactiva que se mantenía durante 13 minutos. Evidentemente al emitir radiación
beta, los núcleos bombardeados deberían dar lugar a elementos de número
atómico superior al uranio, y que por lo tanto serían nuevos elementos químicos.
Fermi los llama TRANSURÁNIDOS. Él mismo, lo
comenta así:
"La imposibilidad de identificación
de la actividad de 13 minutos con la de un gran número de elementos pesados,
sugiere que es debida a un elemento cuyo número atómico puede ser superior al 93, que
lo haría químicamente homólogo al manganeso y al renio. Esta hipótesis se
confirma por el hecho de que la actividad durante 13 minutos es transportada
por un precipitado de sulfuro de renio insoluble en ácido clorhídrico. Aunque
algunos elementos precipitan de esta forma, esta evidencia puede considerarse
como muy importante".
En estos primeros comunicados al
hipotético elemento formado se le denomina PRODUCTO DE 13 MINUTOS.
La actividad era transportada cuando se precipitaba
el dióxido de manganeso hirviendo la solución con clorato sódico. Pese a
las explicaciones contrarias de Grosse y Angruss , de la universidad de Chicago
[5]
, la idea de Fermi
[6]
se plasmaba en las siguientes reacciones nucleares:
298U92 + 1n0
= 239U92 = 239X93 + 0β-1 239X93 = 239Y94
+ 0β-1
Así llegan hasta el elemento de
número atómico 96, pero sólo bautiza al 93 y 94. Al primero lo llama AUSONIUM,
y al segundo HESPERIUM, tomando seudónimos de Italia que aparecen en
la Eneida de Virgilio
[7]
, puesto que el trabajo fue realizado en la
Real Universidad de Roma, y por un equipo formado íntegramente por científicos
italianos.
Poco después Ida Nodack, la descubridora
del elemento RHENIUM replica y contesta el descubrimiento de Fermi.
Así el 15 de septiembre de 1934 en su publicación "Sobre el elemento
93", sugiere que la actividad radiactiva encontrada era debida a elementos
de número atómico medio. Como se puede observar, los descubrimientos italianos
no fueron tenidos muy en cuenta por los escépticos científicos europeos
de París y Berlín, que intentaron comprobarlo, pero el hecho de que en 1938,
Irene Joliot Curie y Sávich , también discreparan de Fermi,
recalcando que uno de los productos del bombardeo neutrónico del uranio
"se comportaba químicamente como el lantano"
[8]
, llamándolo R3,5,
va a abrir
las puertas para que en Berlín, Hahn y Strassmann , "redescubran" por decirlo
así la fisión nuclear del uranio.
Los investigadores alemanes del
Instituto Kaiser Guillermo II de Berlin, bombardean el uranio con neutrones lentos y también encuentran
a mediados de 1937, los elementos transuránidos hasta el elemento 97. Los
procesos que proponen son:
U92 + 1n0
= X-β (10s) = Eka Re93
–β (2,2m) = Eka Os94
–β (59m) = Eka Ir95-β
(66h) =
= Eka Pt96-β (2,5h) = Eka Au97
U92 + 1n0
= Y-β (40s) = Eka Re93 –β (16m) = Eka Os94 –β (5,7h) =Eka Ir95
U92 + 1n0
= Z-β (23m) = Eka Re93
Cada proceso correspondería a los
diferentes isótopos del uranio, aunque con especial relevancia al U238.
Los elementos obtenidos con números atómicos 93, 94, 95, 96 y hasta 97,
son los EKA, de los inmediatamente encima siguiendo la sistemática de Mendeléev;
esto es EKA RHENIUM (93), EKA OSMIUM (94), EKA IRIDIUM (95), EKA PLATINUM (96) y EKA AURUM (97). Era el recurso normal, cuando no se
quería bautizar todavía a un elemento. Al año siguiente se comprobaría que
no eran tales nuevos elementos, ya que su β actividad se debía a isótopos
de fragmentos de fisión; esto es una reacción mucho más importante
Siguiendo un proceso completamente
distinto, el 4 de septiembre de 1939, el profesor Hulubei y su colaboradora Cauchois, a través del espectro de rayos
X, obtienen pruebas de la existencia del elemento 93, en minerales de uranio
extraídos de Madagascar y Brasil; lo denominan SEQUANIUM
[9]
.
La situación política europea se
va a modificar y en cierto modo dirigirá la investigación científica mundial.
Fermi con parte de su equipo emigra a Norteamérica
y estalla la segunda guerra mundial. Los descubrimientos son secretos de
estado que sólo posteriormente serán desvelados.
En los años 39 y 40, un equipo
de la universidad de California formado por Mc.Millan y Abelson, repiten las experiencias de Fermi
y Hahn, comprobando la fisión de uranio, pero demostrando que una vez
separados los productos de fisión, existía en la muestra una sustancia con
actividad radiactiva diferente de la que cabría esperar del uranio 239 o
del uranio 238. Se trataba del elemento de número atómico 93, redescubierto
en Estados Unidos. Se le llama "ELEMENTO 93". Posteriormente
lo obtendrán por desintegración del uranio 237, ligeramente más estable,
según esta reacción:
238U92 +1n0
= 237U92 + 2 (1n0) 237U92 = 237X93
+ 0e-1
En 1941, Seaborg, Segré, Kennedy y Wahl , bombardean uranio con neutrones
acelerados por un ciclotrón y obtienen también, un isótopo del elemento
93 pero beta emisor que se va a transformar en el siguiente, de número atómico
94. El 7 de marzo de 1941, aparece en The Physical Review, el comunicado sobre el descubrimiento del "ELEMENTO
94" que se había realizado el 23 de febrero anterior. Las comunicaciones
científicas fechadas el 7 de marzo y el 28 de junio de 1941 sobre estos
hechos permanecen ocultas ya que existe la creencia de que el nuevo metal
puede ser material fisionable. Así
toda la información pasa a ser alto secreto, codificándose tanto el elemento 93 como el 94, con los nombres
respectivos de SILVER (PLATA) y COPPER (COBRE). Pasando a ser
el cobre real, "HONEST-TO-GOD-COPPER". Pero los metales
seguían sin nombrarse y el equipo tenía que presentar sin falta un informe
al comité del Uranium en Washington, así que, a toda prisa, Mc.Millan
llama al "ELEMENTO 93", NEPTUNIUM
(Np) por ser el planeta NEPTUNO el que sigue
a URANO, que había dado nombre siglo y medio antes al elemento anterior.
Continuando la mecánica de nombramiento anterior, el "ELEMENTO 94",
deberá referirse la planeta PLUTO (en inglés), con lo que el nombre
del metal podría ser PLUTIUM o PLUTONIUM, "decididamente
porque sonaba mejor tomamos este último" dice Seaborg. Así nace
el nombre de PLUTONIUM 675(Pu),
que producirá el PLUTONIO español.
Sin embargo la investigación continuó
y el equipo destinado a la búsqueda de los elementos TRANSURÁNIDOS
(por encontrarse después del uranio), formado por Seaborg, Segré, James y Giorso, seguirá trabajando en la universidad
de Berkeley en California. Debemos recordar estos nombres ya que al no existir
más planetas después de PLUTÓN, las corrientes nominadoras pasarán
de las astronómicas iniciadas por Klaproth
a finales del XVIII, a las geográficas y honoríficas.
[1] En el tratamiento analítico, lo disolvió en ácido
nítrico y luego neutralizó con potasa, produciéndose un precipitado
amarillo que se disolvía con facilidad en exceso de potasa. Una vez recristalizado,
obtuvo unos cristales amarillos en forma de prismas hexagonales, que no
habían sido descritos jamás en la analítica del cinc, hierro o tungsteno.
[2] Herschel , astrónomo alemán afincado
en Inglaterra, en agradecimiento al país que tan bien le había acogido,
había decidido bautizar al planeta como GEORGIUM SIDUS, esto es, estrella
de Jorge, por el rey Jorge III de Inglaterra. Pero el astrónomo Bode por
aquellas fechas se adelanta al descubridor, y lo propone como URANO, siguiendo
la línea mitológica, ya que el planeta anteriormente descubierto había
sido SATURNO (Urano era el padre de Saturno en la mitología latina). Si
no hubiera sido así, en vez de tener como elemento el URANIO, con todas
sus derivaciones, veríamos al GIORGIUMSIDONIUM, con
multitud de complicaciones.
[3] El manganeso se empleaba como
se dijo en la industria del vidrio, para
limpiarlo, por eso se llamó jabón de vidriero. En esa época el cobalto
no se usó para colorearlos, porque no conocían esa faceta. La aparición
de colores en los vidrios debido a los iones cobalto, era muy antigua,
pero siempre participando como una impureza que
era la que le aportaba el tono azul especial y original.
[4] Los neutrones tal como salen
de las reacciones nucleares tienen una velocidad de unos 10.000km/s, al
ser frenados por colisiones elásticas con partículas de masa parecida
(protones, o átomos de hidrógeno), e intercambiar sus velocidades, pueden
convertirlas en 15 veces menores, siendo llamados neutrones lentos.
[5]
La idea de Angruss y Grosse era que el PRODUCTO
DE 13 MINUTOS, no era más que un isótopo del elemento 91.
[6] El descubrimiento del elemento 93, fue publicado por
primera vez en un reportaje del Giornale d=Italia y el anuncio
oficial de tal descubrimiento fue hecho por el senador Corbin, en un acto
celebrado en la Academia dei Lincei en Roma.
[7] Tanto AUSONIUM como HESPERIUM, realmente y en sentido
original no son sinónimos más o menos poéticos de Italia. El primero deriva
de la raíz indoeuropea * aus y *ausos, que hace referencia al nacimiento
del sol, con el significado concreto de región, país o comarca por donde
sale el sol, o sea al este, término con el mismo origen, que dará el griego
§ως, el
latín aurora, el lituano aušra, y antes el avéstico uš~, que están, debido
a su color, en el origen del nombre de otro elemento químico; el oro.
El Hesperium, es el contrapuesto, o sea el oeste, por donde se pone, y
deriva del griego ©σπέρα.
[8] El trabajo publicado en el Chemical Review, llevaba por título "Sobre la naturaleza del radioelemento de período de 3,5 horas formado cuando el uranio es irradiado por neutrones"
[9] En el comunicado manifiestan:@Si se confirma
la existencia de este elemento 93, se le deberá llamar SEQUANIUM, en honor
de la valiente y generosa civilización que floreció a orillas del Sena@. Ese era el nombre
galo del río Sena.