ENSEÑANZA DE LA FÍSICA Y LA QUÍMICA
EL OXÍGENO: el
elemento con más nombres
Durante el año 1630, un desconocido
químico francés, Juan Rey, publica un pequeño libro titulado "Ensayos
de Iean Rey", en el que expone que el estaño y el plomo experimentan un aumento de peso durante la calcinación
y explica este fenómeno postulando que este aumento de peso de las cales
era debido a un "AIRE PESADO" que estaba íntimamente mezclado
con aquellas. Poco después Boyle y Hooke, estudian la combustión del carbón,
concluyendo que el aire juega un papel importante aunque desconocido en
ella, dejando un humo indefinido de "NITRO VOLÁTIL" en
el aire. Más tarde Hooke elaborará doce propuestas para explicar la combustión,
que ocurre "por intermedio de una sustancia inherente y mezclada
al aire que es semejante pero no igual,
por la cual se fija en la SALPETER".
En 1669, Juan Becher profesor de Química en Maguncia, publica una
obra revolucionaria, sólo apreciada posteriormente que va a producir un
colapso en la investigación sobre
nuevos elementos químicos. En la obra en cuestión: "Actorum laboratorit
chymici" se afirmaba que todos los minerales estaban compuestos de
tres principios: TERRA PINGÜIS,
TERRA MERCURIALIS y TERRA LÁPIDA,
también llamados respectivamente TERRA COMBUSTIBLE que debería encerrar
el principio combustible o capacidad para arder, la TERRA FLUÍDA,
con el principio líquido o capacidad para fundir, y la TERRA VITRESCIBLE
o VITRIFICABLE, con el principio sólido responsable de su estructura.
Todo combustible contenía TERRA PINGÜIS que se perdía al arder.
Estas ideas no eran originales
pues podemos recordar que ya en el año 780 d. C. Geber había expuesto que los metales estaban constituidos
de dos exhalaciones: el HUMO DE TIERRA y el VAPOR ACUOSO.
El HUMO DE TIERRA era fácilmente convertible en AZUFRE, y
el vapor acuoso, en MERCURIO. Solamente cuando la mezcla era perfecta
se producía oro. Variando la proporción se obtenían los demás metales. Por
eso en la transmutación de los metales se empleó tanto el azufre como el
mercurio ya que se pensaba que el efecto dependía de su proporción. Igualmente
a principios del siglo XVII, en 1609, Van Helmont ya había hablado de un principio inflamable,
llamado GAS PINGÜE. Pues bien Stahl , químico y médico de Halle y posteriormente
médico de cámara del rey de Prusia, reedita la obra de Becher: "Physica subterránea",
modificando ligeramente sus teorías, y en 1702 enuncia su TEORÍA DEL
FLOGISTO.
EL OXÍGENO Y EL FLOGISTO
Los puntos fundamentales de dicha
teoría que a va tener una influencia fundamental en toda la química del
XVIII, frenando la posible aparición de nuevos elementos no metálicos, son
los siguientes:
- "Todo compuesto o sustancia que al calentarse fuertemente se
transforme, debe poseer una materia inflamable en su composición llamada
FLOGISTON
[1]
"
_ "Todo metal es por lo tanto una mezcla de FLOGISTO y
CAL, el calor hace prender el flogisto quedando la cal", de
tal forma que METAL+CALOR = FLOGISTO + CAL DEL METAL.
_ "Toda sustancia capaz de arder, posee FLOGISTO que escapa
con la llama en la combustión".
- "Todos los metales contienen tanto más FLOGISTO cuando
más fácilmente transformables son por la acción del calor".
Evidentemente según esta teoría,
la mayoría de los elementos descubiertos hasta aquel entonces no eran tales
elementos sino combinaciones con FLOGISTO, que llega a figurar como
un nuevo elemento con símbolo Φ generalmente, y también Fl. El calor
que fue considerado como un elemento y así aparece clasificado en el Tratado
Elemental de Química de Lavoisier, actuaría sobre esta mezcla de
forma que juntamente con el aire ponía en movimiento las partículas de FLOGISTO
que alcanzaban velocidades suficientes para poder separarse, según interpretaciones
posteriores. Cuando los metalúrgicos primitivos obtenían un metal, lo que
hacían era tratar la cal del metal con carbón, sustancia muy rica en FLOGISTO.
El carbón cedía su FLOGISTO a la cal con lo que ésta, soltaba el
metal.
El flogisto todo lo explicaba y
no entraba en conflicto con ninguna teoría filosófica, tal es así que el
propio Enmanuel Kant escribe en 1787, en la "Crítica de la razón
pura":"...con la teoría del FLOGISTO de Stahl
se hizo la luz para todos los investigadores
de la naturaleza". Sin embargo no era lógico que algunos metales como el estaño y el plomo
al ser calcinados y por lo tanto debiendo desprender FLOGISTO, aumentaran
de peso, salvo que aquél tuviera peso negativo. Se llegó a explicar este
hecho aduciendo que el FLOGISTO, al escapar dejaba una serie de huecos
pudiendo ser reemplazado por el aire.
El éxito de la notable rapidez
con que se aceptó y desarrolló la teoría del FLOGISTO, era que existía
en el siglo XVII un vacío científico muy grande y el racionalismo tan en
boga, necesitaba explicar una serie de hechos experimentales que aparentemente
no se justificaban de otra manera. Sin embargo en función de dicho racionalismo
pronto hicieron su aparición las primeras modificaciones. En 1740, Hoffman
explica la antigua metalurgia diciendo que el
proceso en sí, no debería consistir en una cesión de FLOGISTO, sino
en la eliminación de una sustancia especial que llamó SAL ACIDUM,
nombre que será uno de los precursores del oxígeno.
El holandés Boerhaver, profesor de Química de Leyden,
en su obra "Elementa Chemica", alude a un seudoflogisto que llama
PABULUM IGNIS (que nutre el fuego) y sospecha que en el aire existe
un VITAE CIBUM (alimento de vida); otro predecesor. Por esas mismas
fechas Pott , escribe que "el FLOGISTO
es una especie de azufre, ya que al quemar éste no queda cal, pues todo
se inflama". Sin embargo la gran categoría y prestigio científico
de los seguidores de la teoría, como los ingleses
Cavendish y Priestley, fue suficiente para que mantuviera
su auge en todo el siglo XVIII (A Priestley se le llegó a apodar D.Flogisto)
Priestley en 1774 calentando cal roja de mercurio
rojo (rojo precipitatus per se) obtiene un aire incoloro que llama AIRE
DEFLOGISTICADO, que también encuentra en el aire, por lo que éste
debería estar compuesto de FLOGISTO y AIRE DEFLOGISTICADO.
La reacción planteada por Priestley, conocida desde época muy remota, tal
como se ha indicado, la formulaba según el lenguaje químico de la época
como:
XHg (cal de mercurio) + FaΦ
(calor) = XHgΦ (mercurio) + Fa (aire de fuego, que conocemos como oxígeno)
)Cómo, cuándo y quién destruye una
teoría tan bien elaborada y mejor asentada? Va a ser el científico francés
Lavoisier, quien a partir de 1783 lo va
a hacer, atacándola justamente en
su punto flaco. )Cómo era posible que un compuesto
perdiendo FLOGISTO pudiera aumentar su masa? Estudia la combustión
del fósforo y del azufre en las que se produce un notable aumento de peso
y sus conclusiones las presenta en un escrito lacrado en la Academia de
Ciencias de Francia. La idea fundamental era ésta: "La calcinación
no es una pérdida de FLOGISTO, sino la ganancia de otro elemento
y por lo tanto era lógico que aumentara su masa". Ese elemento
nuevo va a ser el OXÍGENO, por eso su nacimiento supondrá la muerte
de aquél.
El OXÍGENO será uno de los
elementos más cantados y bautizados, quizá por ser el más importante e indispensable
para la vida, aunque fuera el que más retrasara su aparición en la Tierra.
Ya en un tratado chino del siglo VIII, escrito por MAO KHOAse lee que el
aire es una mezcla de dos principios contrarios, el YNE (AIRE INCOMPLETO,
que sería el precursor del oxígeno, y por ser el principio activo y positivo,
YANG) y el YANN (AIRE COMPLETO, que lo sería del nitrógeno, y por
referirse a lo inactivo y negativo YIN). Debemos tener en cuenta que el
concepto de lo negativo y positivo de los chinos no tiene que ver nada con
la naturaleza eléctrica de la materia tal como la concebimos en la actualidad.
Así más tarde, será para los chinos, YANG el flogisto, mientras que
la cal era YIN.
A lo largo de los tiempos muchos
científicos habían observado que en el aire había algo que facilitaba la
vida y avivaba el fuego. En 1670, Juan Mayow le llama a este principio NITRO AÉREO.
Boerhaver en 1732, VITAE CIBUM. Hofmann, ocho años más tarde, SAL ACIDUM.
Pierre Bayen, en marzo de 1774, FLUIDO ELÁSTICO. Un poco antes, Scheele, AIRE DE FUEGO con símbolo
Fa, o AIRE EMPIREAL. Priestley el 1 de agosto de 1774, AIRE DEFLOGISTICADO.
Juan Ingenhouze en 1779, AIRE VITAL, y Antonio Lavoisier desde noviembre de 1774 hasta 1780, sucesivamente
PRINCIPIO ACIDIFICANTE o PRINCIPIO OXÍGENO, después OXIGENO,
y por fin OXÍGENO, tal como se conoce actualmente.
En España las teorías de Lavoisier
no se acogieron excesivamente bien, y siguieron
rebautizando al elemento, así J.M.Aréjula, en 1788, le cambiará el nombre
hasta ARXICAYO o PRINCIPIO QUEMANTE del griego ARXI
(άρχή), principio y KAYO (χαίω)
quemar. T.A. Porcel lo llamará GAS COMBURENTE, y por fin F. Chabaneau, químico francés afincado en España,
lo nombrará GAS PYRÓGENO. Todo un récord para el elemento más recordado.
Su popularidad fue tanta que hasta
figura en el cancionero español (Madrid, 1780) una poesía en cuatro cantos,
titulada "Los aires fijos" y dedicada al oxígeno.
Su nombre actual, el OXIGÈNE de Lavoisier deriva de la raíz griega OXYS (όξίς),
que quiere decir agudo, ácido, aunque la original indoeuropea es AK
o AC. Precisamente de ella derivará el gótico AKET (punta,
esquina), el sánscrito ACRIH, y el irlandés ACAT con el mismo
significado, y el lituano ASTRUS, tenedor.
La idea de punta, o pico, se trae
aquí porque lo que caracterizaba a los ácidos era que picaba la lengua y
por ello, el vino que así lo hacía, fue llamado por los latinos ACETUM.
La raíz AK, transformada en OK y OXYS, nos va a explicar
la idea de algo que pica, apreciación
puramente sensorial, recibiendo el OXÍGENO, su nombre de esa idea,
a partir de ser considerado el principio acidificante característico de
los ácidos. El español OXÍGENO, el euskera OXIGENOA, el
italiano OSSÍGENO y el inglés
y danés OXYGEN, el galés OCSIGEN,
el griego OXYGONON derivan del francés.
En alemán se denomina SAUERSTOFF,
compuesto de SAUER y STOFF (materia), con el significado de
"materia de los ácidos".De él deriva el holandés ZUURSTOF.
Como se puede observar existía el criterio de que los ácidos contenían siempre
oxígeno, idea totalmente falsa en la actualidad. En serbocroata es KISIT,
mientras que en ruso es KISLOROD, y en polaco, la única palabra que
en dicho idioma tiene esa raíz, TLEN. Curiosamente, la lengua japonesa
tomó el nombre alemán, materia de los ácidos transformándolo en su SUAN
SU, y los ideogramas correspondientes están formados por el de la materia,
precedida del de ácido. También se le llama "GAS QUE ALIMENTA",
en el sentido que alimenta tanto la llama como la vida, y así se traduce
por YANG CH'I, formado por los dos ideogramas que así lo manifiestan;
el de gas, precedido por el de alimento (se escribe de izquierda a derecha).
Los chinos tomaron inicialmente los nombres japoneses de los elementos químicos
modernos como suyos, aunque a partir de 1933, el Ministerio de Educación
Chino, publica las bases de la Nomenclatura Química, en la que al oxígeno
se le asigna el nombre de JAN.
El símbolo actual, inicial de su
nombre, es extrañamente igual al que existía antes de Berzelius; un círculo,
que correspondería a la O.
)Quién descubrió verdaderamente
el oxígeno? Con tantos nombres e ideas filosóficas sobre la teoría del FLOGISTO,
nos podemos quedar realmente sin la verídica información. Realmente existe
una triple paternidad, aunque los ensayos originales pertenecen al farmacéutico
sueco Carlos Guillermo Scheele, que lo obtuvo tratando pirolusita
(MnO2) con aceite de vitriolo (H2SO4),
mientras que Priestley lo consigue calentando óxido rojo de mercurio
(rojo praecipitatus per se). Lo único que ocurrió fue que este último lo
anunció el 1 de agosto de 1774, mientras que Scheele que lo tenía escrito
en sus cuadernos de laboratorio sólo lo dará a conocer en 1777. Al parecer,
el retraso en la publicación de su obra "El aire y el fuego" se
debió a su editor Swederus, que tenía que hacerlo en alemán. Scheele escribía
en agosto de 1776:
"Estoy ahora más convencido
que nunca que la mayor parte de mis experimentos sobre el fuego, serán repetidos
por otros y que sus trabajos se publicarán antes que los míos, que también
se refieren al aire. Se dirá entonces que he tomado mis experiencias de
sus escritos. A Swederus es a quien debo esto".
Esta alusión será verdaderamente
profética. Sólo trabajos muy recientes han restablecido la cronología del
descubrimiento del oxígeno. En la mayoría de los textos de Química se le
atribuye a Lavoisier, esto es debido a que en octubre
de 1774, Lavoisier conoce accidentalmente a Priestley en una cena en honor a Lord Sherburn, del que
era secretario. En ella se entera de sus experiencias, y se da cuenta de
que el AIRE DEFLOGISTICADO era la sustancia que necesitaba para darle
el golpe mortal a la teoría del flogisto. Repite los ensayos de Priestley
ya que disponía de los mejores laboratorios de Europa, y el 15 de abril
de 1775, da una conferencia atribuyéndose el descubrimiento, aunque posteriormente
a instancias de Priestley reconociera su paternidad.
Desde el punto de vista de las
fechas de sus publicaciones, conviene recordar que:
- El descubrimiento de Lavoisier, fue publicado en el diario Rosiers,
en mayo de 1775.
- La primera publicación de Priestley se hace el volumen 2 de sus "Experiments
and Observations", en noviembre de 1775.
- El artículo de Bergman sobre el descubrimiento de Scheele, en la Nova Acta Upsala, ve la
luz a mediados de 1776.
Sin embargo los hechos intrínsecos
son muy diferentes. Para comprender el por qué los textos dan primacía a
Lavoisier, hay que tener en cuenta que tanto
Priestley como Scheele, eran acérrimos defensores de
la teoría flogística, lo cual indiscutiblemente les condicionaba, mientras
que aquél, no.
Pese a lo que dicen los textos,
ninguno de los tres había sido el primero en producir el elemento. El holandés
Cornelio Jacobo Drebbel, describe en 1615, en "De la naturaleza de
los elementos", como había preparado
nitrógeno y oxígeno calentando la salpeter. Eso no es todo, ya que dicha
preparación estuvo en el contexto de empleo de aire respirable en un submarino
proyectado por él, que con doce hombres, incluido el rey Jaime I, navegó
sumergido por el río Támesis desde Westminster hasta Greenwich durante tres
horas.
En 1678, el holandés Ole Borch,
también lo prepara calentando nitro y lo denomina NITRUM NON INFLAMMARI,
pero no consigue recogerlo, cosa que si hará 25 años más tarde Stephen Hales,
pero como no creía en la existencia de un "espíritu vivificante"
en la atmósfera, no lo considerará como algo diferente al aire y por ese
motivo el oxígeno como tal no fue aislado
antes.
Lo que está perfectamente claro,
es que el oxígeno fue preparado por muchos científicos anteriores a Scheele, Priestley y Lavoisier, por este orden, sin haberlo estudiado,
aunque se hubieran aprovechado de sus propiedades, y sin que se hubiera
reparado en él como elemento químico o sustancia elemental. Vemos pues que
el oxígeno recoge la mayoría de sus nombre de dos principios, uno el de
entrar en la composición de todos los ácidos, lo cual era falso, según demostró
Davy poco más tarde, y otro, el de ser necesario para
la combustión y para la vida. El concepto de combustión, sí lo exige, pero
actualmente la extensión del mismo, que implica la producción de gases inflamados
a partir de sólidos y líquidos, se puede realizar sin necesidad de ese elemento.
Por otra parte, se ha demostrado que el oxígeno también puede producir la
muerte por su facilidad para generar radicales libres dentro de nuestro
organismo, en su transformación a peróxido de hidrógeno, que dañan de forma
irreparable las estructuras mitocondriales.
[1]
Proviene del griego Phlogistos
(consumido por el fuego, inflamable), el cual a su vez lo hace de PHLOS
(nλόζ
, llama). Realmente Stahl
lo denominó: das verbrennliche Wesen, o sea principio
combustible. Fueron sus seguidores los que lo bautizaron como FLOGISTO.